DÍA DE LA DANZA. 29 DE ABRIL

Arte expresivo por excelencia, la danza aúna una serie de características que hacen de su práctica una experiencia enriquecedora para cuerpo y espíritu.
Asociada a menudo al ballet, y más aún al ballet clásico, la danza constituye una forma de expresión que acompaña al ser humano desde tiempos inmemoriales. Incluso encontramos ciertas corrientes antropológicas que cifran su aparición anterior a la del ser humano, en tanto consideran danza determinados movimientos animales que denotan comunicación.
Para todos los paladares
Desde entonces hasta el día de hoy, la danza ha evolucionado de tal forma que se ha convertido en un vehículo insustituible de expresión artística. No obstante, la danza entendida como manjar de paladares exquisitos convive con formas de representación popular muy arraigadas en numerosísimas culturas. Arquetipo de la intangibilidad y la fugacidad, la danza se ha encontrado a lo largo de la historia con muchos e importantes detractores, e incluso en determinados períodos históricos su práctica fue prohibida por entenderse que incitaba las pasiones más bajas del ser humano.
Superados estos incidentes con la censura, la actualidad nos muestra a un arte en constante crecimiento. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de expresiones artísticas, la danza tiene también un lado público y un desarrollo intenso en el ámbito privado. En este último espacio, la danza sigue siendo vehículo de las manifestaciones más diversas, desde formalizar expresiones espirituales vinculadas a una forma de entender la afectividad hasta vehículo del galanteo menos cohibido.
Danza y educación
Del mismo modo, la danza es también un recurso educativo de primer orden. No en vano se sabe que en el inicio de las civilizaciones y de las primeras sociedades humanas, la danza y el juego establecían una relación tan estrecha que resultaba a menudo difícil diferenciarlos. La vía que establece para liberar impulsos, así como para canalizar el excedente de energía, la ponen en los primeros lugares de las enseñanzas artísticas.
Además, la danza es en sí saludable. Contribuye al conocimiento de nuestro propio cuerpo, a la convivencia con sus límites y a la búsqueda de metas que muchas veces desconocemos pero que se encuentran dentro de nosotros mismos. La danza fortalece esa búsqueda, del mismo modo que fortifica a quien se atreve a saltar la barrera de la ya conocida finitud corporal. En el caso de los niños y las niñas, su práctica suele imponer un régimen disciplinario que, si no se exceden ciertos límites, apuntalan la formación de la personalidad.
Danza y tolerancia
La celebración del Día Internacional de la Danza tiene su origen en el año 1982. Entonces, el Comité Internacional de la Danza del Instituto Internacional de Teatro (ITI-UNESCO) instituyó la efeméride para conmemorar el nacimiento de Jean Jacques Noverre. Bailarín y coreógrafo francés de la segunda mitad del siglo XVIII, se considera a Noverre un revolucionario de las formas entonces establecidas de la danza. Sobre todo por incorporar elemento de la pantomima y por potenciar la trama dramática en los espectáculos, modificaciones que reunió en su conocido tratado ?Cartas sobre la danza y el ballet? (1760).
Al igual que ocurre con el Día Mundial del Teatro, el ITI-UNESCO elige cada año una personalidad mundial para elaborar un mensaje internacional destinado a la comunidad artística. Este año, el encargo recayó sobre la coreógrafa alemana, Sasha Waltz. En su escrito expresa que la danza es un elemento de nuestra vida cotidiana, del que participamos todos, ya que es ante todo un medio de comunicación. Además, este lengua universal, en opinión de la autora, es un emisario de la paz en el mundo. Bienvenida sea la danza, pues, si además contribuye a este necesario objetivo.

13/05/2007 18:14:04