AMPLIACIÓN CONTENIDO

Kafka y la muñeca viajera

En uno de sus paseos matinales Kafka escucha el llanto desconsolado de una niña, Elsi. No hay indicios de que la niña calle y se tranquilice en ese parque donde todo es paz. Pero Kafka accede con ciertas reticencias a hablarle, a comprender el origen de ese dolor en el rostro infantil de esa niña. Y descubre que sus lágrimas obedecen al hech de que ha perdido a su muñeca, Brígida. Con tal de ver el rostro de Elsi lleno de alegría, Fran Kafka finge ser un cartero de muñecas. De ella se dice: ¿Era guapa, como todas las niñas pequeñas. Guapa por ser primavera de la vida¿ (p.15). De este modo comienza una historia increíble y tierna, con la que vamos conociendo los entresijos de una relación de afecto entre el escritor y la niña, un personaje muy convincente que espera cada día una nueva carta de su muñeca y obliga a que el escritor aparque todos sus compromisos, porque él sabe que la vida, la alegría de la niña y su implicación como hombre valen la pena.

11/10/2008 18:51:21