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Cosas que quedaron en la sombra.

Publicado en la colección La rosa profunda de la editorial Nausicaä aparece la primera edición de Cosas que quedaron en la sombra, última obra poética de Fulgencio Martínez, profesor de secundaria en un instituto de la Región. Se trata de un tomo integrado, a la manera bíblica, por ocho libros, cada uno con sus correspondientes capítulos. (Mª Ángeles Moragues. Doctora en Filología Hispánica).

Una serie de múltiples formas estróficas y versos anisosilábicos para dar voz a los cuatro ortónimos que identifican a este creador, conformando una partitura polifónica de pensamientos que reúnen ideas existenciales comprendidas en una horquilla que va desde la reflexión versal sobre el tiempo, la nada y el olvido, hasta los grandes universales comunes como la vida y la muerte, a quienes perfila con ricas matizaciones connotativas. Así en los versos que conforman el orbe de este poemario se advierten varias dicotomías de contenidos inseparables como la formada por Muerte y Tiempo, el dueto Vida-Poesía, relación esencial que cobra máxima importancia porque la vida de la que se nutre esta poesía martiniana no es abstracta sino la del propio poeta o Vida y Nada que emergen como nociones portadoras de la ontología del ser y su disolución en la Nada. Las lecturas sobre Nietzsche y Heidegger parecen dejar su huella del mismo modo que la influencia de la poesía de Francisco Brines, con quien coincide el poeta murciano en contemplar la Nada desde la Vida. No faltan tampoco merecidos recuerdos en forma de homenajes a los maestros del género lírico, un demostrado culturalismo y una Murcia-¿Myrtia¿ con visos de universalidad. No se olvida este filósofo, venido a poeta, de recoger también sus testimonios literarios en prosa poética, menos cuantificados que los versos aunque no carentes de la misma calidad literaria. Los muestra agrupados bajo los epígrafes ¿Presente perfecto¿ del ¿libro¿ séptimo y ¿Resistencias de la luz¿, del octavo ¿libro¿. En este último juega el autor con el conocido tópico tan cervantino del manuscrito encontrado, del mismo modo que en el ¿libro¿ segundo aniquila su personalidad de humano para alzar su ser poético. Un posibilismo existencial que le permite la licencia literaria de la alteridad y cuya consecuencia siguiente es la entrega a la única libertad posible en un poeta, la de la imaginación. Dentro de ¿Lírica povera de Andrés Acedo¿, en el apartado segundo dedicado a la ¿vieja oralidad¿ retoma la génesis verbal de la literatura hispánica rescatándola en poemas de arte menor como ¿Desde los cordones de mis zapatos¿, que conviven con otros de características formales opuestas pero que acogen el uso popular del lenguaje. También los lectores infantiles encuentran alguna composición en ¿Poesía para niños enfermos¿. Raíces de cultura folclórica renacen en poemas tan emblemáticos como los titulados ¿Reflejos de una hoguera¿ y ¿ Las canciones del pueblo¿. En suma, una completa antología de diecisiete años, (1989-2006), de creación, en la que el mismo autor se autotransforma en personaje de sus propios versos. Obra ¿plúrima¿, pues, del fundador de El Taller de Arte Gramático y codirector de la revista de creación literaria Ágora, autor, además, de cinco obras poéticas ( Trisagio, La docta ignorancia, La baraja de Andrés Acedo, El libro del esplendor y Nueve para Alfeo) y escritor-colaborador de artículos en prensa y en revistas literarias. Buena ocasión, la lectura de Cosas que quedaron en la sombra, para conocer los derroteros de la naciente y creciente literatura poética en Murcia. Mª Ángeles Moragues Chazarra Doctora en Filología Hispánica

28/01/2007 19:41:55