El secreto de las noches.

Se trata de la novena publicación de este escritor murciano ganador, a la sazón, de varios premios otorgados a su obra de creación literaria, tal como el Mejor libro murciano del año 1999 concedido a Todos los días amor y en 2001 al poemario El invierno en sus brazos. Ahora decide abordar esa debilidad tan sublime como delicada del ser humano que es el amor y plasmar sus muchas manifestaciones vividas en las relaciones de pareja. Con elegancia y sin vulgaridad ni procacidad sabe este contador exhibir un sutil erotismo, acorde con los gustos lectores de hoy, ahondando en la tradición y con ecos reverberantes de la curtida herencia de la Literatura hispanoamericana, de la que Pascual García es un profundo conocedor, amén de no menos ávido lector de gran parte de su ingente producción. Nombres como los de J. Rulfo, G. García Márquez o M. Vargas Llosa dejan sentir su huella en muchas historias de este título, sin bien cada una de ellas comporta la impronta originaria del artífice murciano. En esta línea cabe desentrañar en algunas de las narraciones cierta suerte de telurismo como sucede en "Dormir con ella", donde lo terruñero se expande hasta el uso de un léxico apropiado para crear la estampa aldeana descrita. Caracteres, lenguajes, tiempos y espacios convergen al unísono como piezas bien acopladas de un extenso tapiz escritural para contar los encuentros de pareja y sus deslindes amorosos. El nexo común a todos los relatos de El secreto de las noches no es otro distinto que su transcurso durante la noche, un ambiente de nocturnidad idóneo para los aconteceres más íntimos entre hombre y mujer, propiciador, sin embargo, de una atmósfera funesta envuelta en un pretérito retrospectivo convertido, a su vez, "en un enemigo salvaje, decidido a perseguirnos hasta el fin de los días, en cualquier lugar y a cualquier hora" -dice uno de los personajes. Brotan en él relaciones pasionales, obsesivas, inquietantes y hasta violentas, todas reales y envueltas con un halo pesimista. Noche tras noche, la soledad, el placer sexual y la amargura conviven en la misma cama. Los personajes son náufragos del amor, parejas heterogéneas cuyas "relaciones son como los terremotos" - según declaraciones del propio autor. La ambigüedad sexual se escucha en "La mujer barbuda" y en "Noche de bodas", el homicidio y el adulterio masculino, en "La siesta del fauno" con asesinato y el honroso rescate de la ya olvidada fórmula epistolar, la maternidad frustrada, en "El sexo de los ángeles", entre otros, la paráfrasis bíblica, en "El amor no pasa nunca". El gusto por lo ancestral, la elección de un narrador omnisciente que modela la fábula a su antojo, una perspectiva legendaria y la soledad humana vivida en pareja son los elementos prominentes de esta última entrega creativa de Pascual García. A todo lo anterior hay que sumar otro de los grandes aciertos del libro, el manejo de una prosa, que no por frondosa no cuidada, sino al contrario, elaborada al detalle, escogida con rigor y empleada con propiedad, plagada de nato lirismo autorial sutilmente engarzada al trazado discursivo. Mª Angeles Moragues.

08/10/2007 15:34:39