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El Romancero, colección "Clásicos Ceutí".

Publicado en la colección ¿Clásicos Ceutí¿, poco conocida pero no difícil de conseguir, Santiago Delgado, actual asesor del Centro de Profesores I de Murcia, escritor de ingente producción literaria, tanto poética como narrativa, y autor de otros tipos de formas textuales como artículos periodísticos de opinión, no en vano es colaborador del periódico El Faro, e incursiones en otros géneros entre los que cabe destacar el didáctico, realizó una edición de El Romancero, cuidada y escogida selección de romances que, dispuesta de manera metodológica, hacen de ella una recomendable antología de trabajo en el aula.

Se abre el libro con un prólogo introductorio firmado por el mismo Santiago Delgado y donde, sin desperdicio alguno, confluyen el saber filológico con la teoría defendida por el egregio hispanista Menéndez Pidal. Curiosas anécdotas procedentes de vivencias acontecidas al propio Santiago vienen a concluir un texto informativo y argumentado. En cuanto al grueso del volumen hemos de señalar su organización articulada en dos macrobloques con nombres propios, Romancero viejo y Romancero nuevo, en ambos aglutina el antólogo, con acertado criterio, todos los ciclos romancísticos científicamente conocidos hasta la fecha, a lo que añade también la composición escasamente conocida titulada ¿La Barraca¿, obra del poeta archenero y murciano universal Vicente Medina. Continuando el ¿homenaje a la literatura murciana¿, -según palabras del profesor Delgado-, recoge sendas creaciones medievales de tema murciano, ¿Romance de la batalla de los Alporchones¿ y ¿Romance de Fajardo¿. La facilidad de la comprensión viene avalada por anotaciones aclaratorias a pie de página sobre diversos aspectos concernientes a numerosos romances y por las introducciones explicativas que de manera precisa nos sitúan en el contexto e historia de este condensado conjunto de poemas. Una forma amena de conocer fragmentos de la historia literaria y algunos de la Historia, con mayúsculas. El autor, preocupado por la penosa desaparición de estas manifestaciones populares, vivas hasta hace tres décadas aproximadamente, rescata y acerca a estudiosos y curiosos esta literatura primigenia y de difusión social, primero puesta en boca de los originarios juglares medievales y, posteriormente, de los romanceadores, hasta la aparición de la pequeña pantalla televisiva, sustituta de estos y aquellos. Casi una cuarentena de composiciones en verso rastreadas desde el siglo XV y algunas pertenecientes a épocas anteriores como ¿Mira Nero de Tarpeya¿, primera tirada versal que inicia el largo recorrido hasta su conclusión. Un largo camino donde encuentran cabida romances contemporáneos sin temática bélica. Entre ellos se encuentran aquellos que fueron escritos por los grandes de nuestras letras hispanas, Federico García Lorca de quien se toma ¿La casada infiel¿, magna obra, primicia del surrealismo con sello español, o Jaime Gil de Biedma con ¿El juego de hacer versos¿, creada con atípicos versos heptasílabos. En suma, célebres joyas líricas aunadas por su pertenencia genérica al romance que forman casi un manual de lectura que sería conveniente tener cerca para ilustrar con su lectura las explicaciones teóricas de estas derivaciones de las gestas medievales en 3º de ESO. Mª Ángeles Moragues Chazarra Doctora en Filología Hispánica

13/01/2008 21:08:42