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"Friki"

Tomás es un niño al que le sobran unos kilos; lleva gafas; comparte con su amigo Juan una tremenda afición por los cómics (y el deseo de convertirse cuando sean mayores en programadores de juegos de ordenador y videoconsolas); su amiga principal es Mariem, una saharahui huérfana, adoptada años atrás por dos médicos españoles; sus padres están divorciados; en los recreos prefiere charlar con sus amigos mientras se come el bocadillo, en lugar de darle patadas a un balón de fútbol; y aparenta ser un chico feliz.

Un día, un estúpido compañero de colegio tiene la desagradable ocurrencia de llamarlo "Friki" de forma despectiva. Y, aunque Tomás ignora el significado de esa palabra, no se siente cómodo con el apodo, hasta el punto de que traslada su malestar a Carmen, su madre. No obstante, ni ella, ni su profesora, ni ningún responsable del colegio está muy seguro de cuál es la forma más adecuada de atajar esa vejación, sin que resulte peor el remedio que la enfermedad. ¿No será contraproducente darle demasiada importancia? Hasta ahí digamos que las cosas circulan por un camino razonablemente normal: asistimos a alguna pelea de patio de colegio, a discusiones sobre la conveniencia de ofenderse con los tontos o más bien dejarlos estar, etc. Cosas sabidas y cotidianas. Pero en paralelo a esa historia se está desarrollando otra mucho más trascendente: a millones de años-luz del planeta Tierra, los kranks han solicitado de la OECI (Organización Estelar de Conflictos Interplanetarios) mediante un formulario AJ-19 el oportuno permiso para convertirse en sus nuevos propietarios, aduciendo que los terrícolas no están portándose como deben, y que están causando irreversibles cambios climáticos, degradaciones de la capa de ozono, deforestaciones masivas y otras penurias. No merecen seguir poseyendo algo que, bien evidente resulta, no saben cuidar. Ahí es donde las bocas de los lectores se abren de asombro. ¿Y cómo se cruzan las dos historias que teje Enric Herce Escarrá? ¿De qué ingeniosa manera se consigue que las dos tramas argumentales se engarcen y caminen al unísono, sin chirridos? No seré yo quien lo explique aquí. Sería un feo modo de estropearle la sorpresa al autor, que tan ingeniosamente la ha preparado. Lo que sí se puede decir es que la editorial sevillana Edimáter continúa con esta obra su fecunda labor en pro de la mejor literatura infantil y juvenil, y que las ilustraciones de David Martín Rús acompañan espléndidamente a un texto que se desenvuelve con elegancia, fluidez y plasticidad. Lectura indicadísima para lectores de primer curso de la ESO. Rubén Castillo Gallego. Título: Friki. Autor: Enric Herce Escarrá. Ilustraciones: David Martín Rús. Editorial: Edimáter. Colección: La Osa Menor, vol. 7. Plaza de edición: Sevilla. Número de edición: 1ª. Año de edición: 2009. Edición: Rústica con solapa. Número de páginas: 91. ISBN: 978-84-96870-15-4.

23/11/2009 17:37:23