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La corona más útil

LA CORONA MÁS ÚTIL

"Dadme una palanca y un punto de apoyo y levantaré el mundo" Arquímedes (Siracusa 287-212 a. C.)
Cuando Hierón II de Siracusa subió al trono de su ciudad, encargó a un orfebre (platero-joyero) que le fabricara una corona de oro; le entregó una cantidad del preciado metal que le pesaron con suma precisión para evitar posibles picarescas.
El día convenido, el orfebre presento al rey una magnífica corona con un peso que coincidía con la exactitud posible de la época con el peso del oro entregado, por lo que el rey satisfecho pagó los honorarios del platero; sin embargo empezó a correr por la ciudad el rumor de que el joyero había engañado al rey mezclando el oro con otro metal de menor valor; al rey empezó a darle vueltas la corona en la cabeza.
Para salir de dudas mandó llamar al más sabio del lugar, teniendo la suerte de que este fuera Arquímedes famoso por sus conocimientos en física, matemáticas e ingeniería, éste propuso al rey que podría dilucidar si hubiere engaño, destruyendo la corona hasta formar con ella un cubo, de forma que lo pudiera comparar con otro cubo que haría con otra cantidad de oro exacta a la entregada al joyero, mediría las dimensiones de ambos cubos y sin no eran iguales se demostraría la estafa.

Pero a Hierón le gustaba la obra del orfebre y pidió a Arquímedes que buscara un medio de hacer la comprobación sin destruir la corona. Empeñado en la resolución del problema, Arquímedes marchó a su casa y no hallando solución decidió distraer su mente con un baño, parece que la bañera estaba demasiado llena y al sumergirse en el agua, ésta rebosó por los bordes derramándose por el suelo.
Leyenda conocida es la escena de Arquímedes corriendo desnudo por las calles de Siracusa gritando "eureka" expresión traducible por "lo encontré". Se desplazó al palacio del rey con la solución al problema de la corona.
Pidió al rey una cantidad exacta de oro puro igual a la entregada al joyero y lo metió en una vasija llena de agua con cuidado de recoger el agua que rebosaba para después pesarla; a continuación repitió la operación en la misma vasija llena de agua sumergiendo en ella la corona y pesando el agua derramada por esta; comparó los dos pesos de agua (al haber descubierto las leyes de la palanca, sabía muy bien hacer balanzas) y observó que el peso del agua desplazado por la corona era mayor que el desplazado por el oro, por lo que la corona tenía un volumen superior al del oro entregado para fabricarla, producto de añadirle otro metal más ligero en cantidad suficiente para sustituir el peso del oro que el orfebre se había quedado fraudulentamente.
Posteriormente Arquímedes enunció uno de las primeras leyes científicas, la que establece el concepto de densidad y que explica entre otras muchas cosas la flotación de los cuerpos tanto en líquidos como en gases. El Principio de Arquímedes afirma que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado. Hasta entonces los griegos pensaban que el peso estaba en relación directa con el volumen de las cosas de forma que cuando mayor era el objeto mayor su peso y que los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego por este orden de gravidez)) tendían por su propia naturaleza a ocupar un lugar ya determinado, el descubrimiento de Arquímedes al igual que la comprensión de las leyes de la palanca, introduce las matemáticas en la descripción del comportamiento de la naturaleza y esta identidad entre los modelos matemáticos y la realidad física, sigue siendo uno de los mayores misterios del conocimiento humano.
Sebastián García Sánchez

07/03/2005 23:05:40