Los seres vivos se
caracterizan por llevar a cabo las
funciones vitales: autoconservación
(obtienen materia y energía
del medio y lo transforman en sustancias
complejas para su vida y crecimiento
mediante el metabolismo); autorregulación
(control del ser vivo sobre todas
sus funciones, regulando el metabolismo
y detectando los cambios en el medio
externo que afectan a su equilibrio
interno) y autorreproducción
(permiten la perpetuación
de la especie).