El único aporte de agua en los
continentes procede de la precipitación. Esta agua
puede ser devuelta a la atmósfera en forma de vapor
(por evaporación o por transpiración directa de los
seres vivos, sobre todo los vegetales). A este volumen
de agua lo llamamos evapotranspiración, y carece de
acción modeladora de paisajes.
Del volumen de agua que llega al suelo, parte fluye
por la superficie del terreno, a la que llamamos agua
de escorrentía y parte se infiltra hacia el subsuelo, a
la que llamamos agua subterránea. Estos dos "tipos de
agua" sí pueden ejercer una acción geológica y, por tanto,
modelar paisajes.
* Aguas salvajes o de arroyada:
cuando el agua que fluye por la superficie no sigue
un curso predeterminado. Es el agua que, recién caído
el aguacero, cubre la superficie del suelo.
* Encauzada: es el agua que fluye
por la superficie siguiendo cauces predeterminados. Esta agua circula
incluso aunque no haya llovido, porque se abastece, además de los
aguaceros, de las aguas subterráneas y del deshielo. Esta agua forma
los ríos y lagos.
Subterránea:
* Agua edáfica:
es el agua retenida, por capilaridad, entre las partículas
del suelo. El agua retenida, carece de acción geológica,
aunque es fundamental para la vegetación.
* Agua freática:
cuando el agua ocupa por completo los espacios entre
las partículas del suelo. No permite la existencia de burbujas
de aire entre medias. A la profundidad a partir de la cual
ocurre esto se le llama nivel freático.