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LOS TORRENTES
Se pueden considerar como un estado
intermedio entre la escorrentía salvaje y la encauzada.
Son canales muy rectos en zonas de gran pendiente que
canalizan las aguas salvajes hacia zonas de menor pendiente.
Aunque su cauce puede ser fijo durante periodos largos de
tiempo, sólo llevan agua en momentos muy concretos: tras un
aguacero o durante el deshielo.
Su capacidad erosiva es muy intensa,
presentando una morfología característica:
Cuenca de recepción: es la parte alta del torrente. Su morfología
viene dada por la acción de las aguas salvajes.
Canal de desagüe: es el cauce rectilíneo que canaliza las
aguas ladera abajo. Son profundos, dada la velocidad y, por
tanto, la gran capacidad erosiva del agua en ellos.
Cono de deyección: al llegar el agua al final de la pendiente,
la pérdida de velocidad hace que se depositen la mayor parte
de los materiales transportados en una forma característica
de abanico. Cuando es de gran magnitud, se le llama abanico aluvial.
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