Primero estuve en un amplio lugar cuyas temperaturas diarias oscilan entre los 40 grados centígrados a los 5 por la noche. La precipitación anual es muy baja y los nativos de la zona hablaban de unas estructuras llamadas "Barjanes".

Después tomé un avión que me llevó a un lugar donde hay muchas rocas rotas, así como rajadas. Un lugar frío y a 1200 metros a nivel del mar.

A la semana siguiente me llevaron a un sitio muy oscuro y estrecho, con unas estructuras que colgaban del techo y que, a veces, parecían prolongarse en el suelo.

Al día siguiente estuve en un "circo" pero que no tenía ni domadores, ni payasos, eso sí, hacía mucho frío.

Por último estuve en la desembocadura de un río, pero que forma una estructura peculiar. El mar al que desemboca no tiene prácticamente mareas y el oleaje suele ser suave, además es poco profundo.