CLASIFICACIÓN DE LOS SERES VIVOS
Si miramos a nuestro alrededor
nos podemos dar cuenta de cuál es
la primera consecuencia de la evolución
biológica: la gran variedad de seres
vivos diferentes que existen; de hecho es
prácticamente imposible encontrar
dos individuos que sean iguales, salvo los
casos de gemelos univitelinos (los que se
forman a partir de un solo óvulo
fecundado que se divide en dos o más
partes iguales). Esta gran variedad nos
complica el trabajo de estudiar a los diferentes
seres vivos, por lo que lo primero que habrá
que hacer será agruparlos o clasificarlos
de manera que se nos facilite la tarea.
Sistemas de clasificación
Aristóteles, en el siglo
V a.C., fue el primero que ideó una
clasificación basándose en
criterios muy arbitrarios, tales como la
forma o el color del ser vivo; este tipo
de clasificación recibe el nombre
de SISTEMA ARTIFICIAL, ya que no se apoya
en caracteres naturales, sino en caracteres
buscados y casi inventados por el propio
investigador. Estos sistemas naturales se
mantuvieron hasta el s. XVIII, cuando el
conde de
Buffon
(1707-1788) introdujo el concepto de SISTEMA
NATURAL, ya que trataba de buscar caracteres
propios de los seres vivos que le permitieran
hallar parentescos entre ellos. El sistema
aceptado hoy en día es un sistema
natural que no solo nos permite agrupar
a los seres vivos, sino que además
nos permite relacionarlos entre sí
evolutivamente, usándose criterios
de semejanza anatómica (dos individuos
se parecerán más en su anatomía
interna cuanto mayor sea su parentesco evolutivo).
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