En la sala principal del castillo de Camelot. Enormes columnas y arcos rodean el c\u00EDrculo central donde ocho caballeros se encuentran sentados alrededor de una mesa redonda. Todos visten de gala, para la ocasi\u00F3n: calzas de fino pa\u00F1o, camisas de hilo y adornos de oro y plata. Los cubren mantos de gran valor tambi\u00E9n.
Tras ellos y en lo alto de la sala, el rey Arturo, sentado en un sill\u00F3n, flanqueado por dos enormes candelabros apagados, pues los rayos del sol a\u00FAn entran suavemente por las vidrieras de los ventanales.
ARTURO. - (Pausado y mirando a todos) Os he reunido aqu\u00ED, leales caballeros, para anunciaros un hecho importante.
SIR KAY. - (Se levanta y mira respetuosamente al rey) Y por eso hemos venido, se\u00F1or, porque t\u00FA nos has llamado. Ya sabes de mi fidelidad y lealtad, al igual que todos.
ARTURO. - Bien dices. De todos tambi\u00E9n son conocidas tus virtudes y por eso te he hecho venir, como a los dem\u00E1s.
SIR GAWAIN. - (Impaciente) Pero todav\u00EDa no sabemos, querido t\u00EDo, cu\u00E1l es el motivo de nuestra estancia aqu\u00ED.
ARTURO. - Tranquilo, sobrino, ya digo que para algo os he reunido, pero antes he de explicar por qu\u00E9 os he escogido de entre los ciento cincuenta caballeros de mi corte, siguiendo los consejos de Merl\u00EDn.
(Se levanta de su silla y va mirando uno a uno a sus caballeros). De vos, Sir Lancelot, es conocida y probada tu valent\u00EDa; a vos, sir Bedivere os tengo por el vasallo de mayor confianza de Camelot; Sir Bors da muestra de su tes\u00F3n en la b\u00FAsqueda constante del Grial as\u00ED como Sir Galahad de su perfecci\u00F3n como caballero y por su cortes\u00EDa. A Sir Trist\u00E1n lo hago estar entre nosotros para que olvide en lo posible a su amada Isolda y a Sir Mordred para que apacig\u00FC\u00E9 el mal que sin \u00E9l querer muestra en su mirada.
SIR GALAHAD. - Gracias, se\u00F1or, (hace una
reverencia), por tus explicaciones, pero dinos: \u00BFqu\u00E9 tarea tan esforzada y dificil nos quieres encomendar?
ARTURO. - (Con gesto solemne, alzando la voz y moviendo las manos a la vez que se levantan
todos) Pues bien, nobles vasallos, est\u00E1is aqu\u00ED para ser nombrados caballeros de la mesa redonda, el lugar donde, desde hoy, se sentar\u00E1n los mejores caballeros del mundo. Desde hoy ser\u00E9is mis consejeros y, de paso, me contar\u00E9is vuestras aventuras que ser\u00E1n puestas por escrito para deleite de la posteridad.\u00BB
D\u00CDAZ, Felipe