MAGIAS PARA DESCANSAR
\u00ABYo hubiera querido inventar la magia
de hacerte crecer un ramo de begonias
en medio del pecho;
y hubiera querido, quisiera
inventar un modo para que tus ojos sobre los m\u00EDos
derramaran alas de ruise\u00F1ores
y un espeso, ensordecedor torrente de miel.
Hubiera querido, quisiera
despertarte Ad\u00E1n frente a la \u00FAnica Eva posible del mundo
y quiz\u00E1s so\u00F1ar que constante dibujas
la silueta de mi recuerdo sobre la arena.
Yo quisiera convencerte de que el horizonte
puede abrirse como un inmenso tel\u00F3n
desde donde asomarnos al borde de otro Universo
en que la intensidad de un girasol
puede encender los p\u00E9talos del d\u00EDa.
Quisiera que mi m\u00E1gico sombrero
provocador de ilusiones y tiernos deseos
-irresponsables y atrevidos-
fuera como un plato com\u00FAn
donde los dos aliment\u00E1ramos la sonrisa.
Quisiera transformar tantas cosas;
distancias mudas cerr\u00E1ndome las puertas
de c\u00E1lidas horas interminables.
Y por querer lo que quiero
ando so\u00F1ando dulcinea mujer
quijote sopladora de molinos de viento
sin redenci\u00F3n para el amor,
amando
sin br\u00FAjulas
ni instrumentos que detengan mi rumbo de p\u00E1jara,
enamorada
del sonoro,
dulce,
hurac\u00E1n
de tu palabra.\u00BB
BELLI, Gioconda: De la Costilla de Eva, Editorial Amarantos.