\u00AB(...)CRESPO:
Mil gracias, se\u00F1or, os doy
por la merced que me hicisteis
de excusarme una ocasi\u00F3n
de perderme.
DON LOPE:
\u00BFC\u00F3mo hab\u00EDais,
decid, de perderos vos?
CRESPO:
Dando muerte a quien pensara
ni aun el agravio menor...
DON LOPE:
\u00BFSab\u00E9is, \u00A1voto a Dios!, que es
capit\u00E1n?
CRESPO:
S\u00ED, \u00A1voto a Dios!
y aunque fuera \u00E9l general,
en tocando a mi opini\u00F3n,
lo matara.
DON LOPE:
A quien tocara,
ni aun al soldado menor,
solo un pelo de la ropa,
por vida del cielo, yo
le ahorcara.
CRESPO:
A quien se atreviera
a un \u00E1tomo de mi honor,
por vida tambi\u00E9n del cielo,
que tambi\u00E9n le ahorcara yo.
DON LOPE:
\u00BFSab\u00E9is que est\u00E1is obligado
a sufrir, por ser quien sois,
estas cargas?
CRESPO:
Con mi hacienda,
pero con mi fama, no.
al Rey la hacienda y la vida
se ha de dar; pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma s\u00F3lo es de Dios.(...)\u00BB
CALDER\u00D3N DE LA BARCA, Pedro: El alcalde de Zalamea. Cl\u00E1sicos Castalia, 186-188.