En esta unidad te vamos a plantear dos cuestiones: la evaluación y la observación. Para abordarlas partiremos de una idea básica: durante la etapa de educación infantil es imprescindible adecuar constantemente la acción educativa a las necesidades de los niños. Ello se debe a la ausencia de contenidos de aprendizaje puramente formales (como ocurre en la enseñanza obligatoria) y a la consiguiente identificación de los objetivos educativos con los objetivos propios del desarrollo normal especialmente en el primer ciclo.

Parece difícil distinguir entre observación y evaluación pues a ambas se podría aplicar el objetivo de adecuar y mejorar la acción educativa.

Mediante la observación se obtienen datos significativos sobre el proceso educativo.

La actividad evaluadora consiste en analizar dichos datos, relacionarlos con los objetivos propuestos y obtener conclusiones para mejorar el proceso educativo.

 
               
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