EXPUESTO EN NUESTRO MUSEO UN CRÁNEO DE AVE DEL GÉNERO ALCA DEL PLIOCENO DE MAZARRÓN (MURCIA)

En diciembre del 2003 hemos expuesto en nuestro museo un craneo de ave del género Alca, procedente de "El Alamillo" de Mazarrón, atribuido al Plioceno.

Hace algún tiempo nuestro colega de Mazarrón, Francisco Cerón Gambín (lamentablemente ya fallecido), realizó el afortunado hallazgo del cráneo de un ave marina en la urbanización del Alamillo. El espécimen se encontraba en un piso geológico entre el Mioceno superior y Plioceno (unos 5 mill. de años), muy rico en fósiles marinos. En el entorno también han aparecido restos de cetáceos, sirenios, dientes de tiburón, dientes y aguijones de raya, equinoideos, bivalvos, gasterópodos y cefalópodos.

Francisco Cerón comunicó su hallazgo y puso el cráneo a disposición de la Asociación, que inmediatamente tomó contacto con Don Antonio Sánchez Marco, Paleobiólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, y primera autoridad en España en aves fósiles. A la vista de las fotos y documentación enviada, manifestó el interés del hallazgo y nos pidió que se le remitiera para su estudio el espécimen. Del fósil se realizó una concienzuda limpieza, consolidación y una réplica para su estudio.

La publicación de las conclusiones se llevó a efecto a mediados del 2003 en la revista decana de paleontología "Neues Jahrbuch für Geologie und Paläontologie Monatshafte" Volumen 5, año 2003.

Una vez devuelto el fósil a nuestro museo, empezamos a estudiar la manera más didáctica y atractiva de exponerlo, para ello hemos acompañado las dos piezas que componen el fósil del esqueleto de un pariente próximo, como es el actual Alca torda, así como de una recreación de su aspecto.

Queremos destacar en este espacio la importancia de la actividad de recuperación que efectuó en el yacimiento del Alamillo nuestro amigo Francisco Cerón, pues en dicho paraje se ha construido una urbanización de viviendas. Concretamente el lugar donde se halló el cráneo de ave hoy se encuentra totalmente construido. Si él no hubiera realizado esta labor, se habría perdido para siempre, ya que actualmente es imposible recuperar nada más. Esta actitud junto con la colaboración colectiva en su estudio, divulgación y exposición son nuestra razón de ser como Asociación Cultural Paleontológica.

A continuación incluimos unas líneas del autor del estudio.

El Alca del Alamillo

Sánchez Marco A.

Departamento de Paleoecología, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid

Las aves marinas tienen un registro fósil muy abundante, pero no en Europa. Han quedado numerosos huesos fosilizados tanto en las costas pacíficas como atlánticas de América, fósiles que han permitido conocer las comunidades de aves marinas que han poblado las costas en varios periodos del pasado. Conocemos bastante cómo ha ido variando la distribución geográfica de algunas de estas aves a lo largo del tiempo; dónde han surgido y algunas de las regiones por las que se dispersaron. Algunas de las relaciones paleoecológicas (relaciones depredador-presa, competencia por el alimento, competencia por el espacio para anidar en la playa o alimentar a las crías, etc) que mantenían con otros animales (como peces o mamíferos marinos) hemos llegado a conocerlas porque en algunos yacimientos aparecen juntos todos estos animales.

En Europa, sin embargo, no es frecuente el descubrimiento de aves marinas en yacimientos del Terciario (por cierto, la causa de esta enormemente desigual distribución de los restos fósiles en una y otra costa del Atlántico aún no tiene respuesta satisfactoria). Una de las peculiaridades del fósil hallado en el yacimiento del Alamillo es que éste es un cráneo casi completo que se encontró en condiciones de conservación casi perfectas. Si, en general, los huesos de las aves son delicados, el cráneo constituye un conjunto de huesos más frágil aún. De hecho, los cráneos atraviesan con tanta dificultad el proceso que conduce a la fosilización, que no se conoce la especie precisa a la que pertenecía el fósil del Alamillo porque no han aparecido aún cráneos de las especies candidatas, a pesar de que se cuentan por miles los huesos de alguna de estas aves que aparecen en yacimientos de la costa oeste del Atlántico.

No sabemos, por tanto, a qué especie particular de Alca corresponde este cráneo, pero sí conocemos algunas características de ella. Era un álcido de tamaño medio, si lo comparamos con los actuales; en consecuencia, pertenece al diversificado orden de los Charadriiformes. El tamaño de su cráneo era algo superior al del alca de nuestro días; quizá similar al de los áraos, pero, en todo caso, con un aparato bucal notablemente más potente que el que presentan todos estos álcidos. Este animal se extinguió por razones desconocidas durante el final del Terciario.

Esta familia constituye uno de los grupos con un registro fósil muy antiguo: un hueso de un álcido quedó enterrado en sedimentos del Eoceno de lo que ahora es el estado de Oregón. Tanto las especies fósiles como las actuales están restringidas al hemisferio norte de la Tierra. Siendo un grupo tan antiguo, han tenido tiempo para extenderse y colonizar el hemisferio sur. Si no lo han hecho es, probablemente, por la competencia con otro grupo de aves marinas, quizá más especializadas que los álcidos al buceo, y que, como éstos, se propulsan mediante sus aletas. Son los pingüinos (orden Sphenisciformes), que, por su parte se distribuyen, ahora como en el pasado, exclusivamente en el hemisferio sur.

Para los interesados en profundizar más, pulsando a continuación pueden acceder a la traducción del artículo original en inglés publicado en la revista de paleontología "Neues Jahrbuch für Geologie und Paläontologie Monatshafte" Volumen 5, año 2003. Artículo Científico

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