Reconstrucción Parcial de un Sirenio
La reconstrucción que aquí podéis ver está formada por restos de dos individuos, por un lado
tenemos el cráneo, que fue hallado en el Alamillo (Mazarrón), atribuido a la especie "Metaxitherium
forestii" (Capellini, 1872) de finales del Período Mioceno o más probablemente de principios
del Plioceno, y por el otro tenemos los restos esqueléticos formados por vertebras y costillas
de otro ejemplar hallado por un asociado nuestro y recogido con paciencia de un campo de cultivo
del campo de Mazarrón, pertenece a finales del período Mioceno, siendo un poco más antiguo que el
cráneo. Estos segundos restos están todavía en estudio y se atribuyen provisionalmente al mismo
género "Metaxitherium". |
Originados a partir de la misma radiación evolutiva que en África dio lugar a los mastodontes
y a los dinoterios, los sirénidos o sirenios son mamíferos placentarios completamente
adaptados a la vida
en el agua. Su cuerpo presenta líneas hidrodinámicas y las extremidades anteriores están
modificadas en forma de aletas. Presentan una aleta caudal expandida horizontalmente (como en
los cetáceos) y han perdido las extremidades posteriores. En este sentido, su nivel de adaptación
al medio acuático es muy superior al de los carnívoros pinnípedos (focas y leones marinos),
pero inferior al de los cetáceos.
El cráneo de los sirénidos recuerda en cierta manera al de
los proboscídeos primitivos como Moeritherium o Deinotherium, de aspecto masivo y con unas
mandíbulas muy robustas cuya parte anterior está flexionada hacia abajo (llegando a mostrar
algunas formas dos cortos incisivos inferiores). Los primeros representantes de este grupo,
como Protosiren y Eotheroides, del Eoceno medio de El Fayoum (Egipto), presentaban una dentición
muy completa, con incisivos, caninos, premolares y molares. |
La evolución posterior del grupo
está marcada por la progresiva adaptación a un régimen exclusivamente herbívoro, basado en la
vegetación subacuática que puebla las aguas someras de la costa. Ello ha llevado consigo la
reducción de buena parte de la dentición, que en caso del actual dogongo está constituida por
molares de crecimiento continuo. Se trata de animales de movimientos lentos dotados de un
esqueleto pesado y masivo (el cual les facilita la inmersión). Este comportamiento pasivo ha
estado a punto de costarles la existencia a los dos representantes actuales del grupo, el
dugongo y el manatí, como ya ocurriera con la vaca de mar gigante (Hydrodamalis), de más de
8 metros de largo, extinguida en el siglo XVIII tras décadas de caza intensiva. |
Los sirénidos son relativamente frecuentes en el registro marino del Mioceno inferior
y medio del Mediterráneo. En particular, restos del género Metaxitherium han aparecido en
diversas localidades de la cuenca del Valle del Penedés, en ese momento estaba cubierta por
un mar de aguas someras. Metaxitherium era una forma próxima al actual dogongo pero
presentaba molares normales, sin llegar al nivel de reducción dentaria de este último.
La presencia de arrecifes coralinos a lo largo de la costa mediterránea durante el Mioceno
inferior y medio indica que el entorno en el que se desenvolvió Metaxitherium era un mar
de aguas cálidas parecido al actual Caribe.
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El medio en que vivieron estos ungulados
marinos (grandes praderas de algas en zonas costeras) no debió de ser muy diferente, por
tanto, al que hoy pueblan sus representantes actuales.
Los sirénidos reaparecen en el
registro fósil ibérico durante el Plioceno inferior, representados por el género
Felsino-therium, muy próximo a Metaxitherium, desapareciendo del Mediterráneo en la
parte superior de este período.
El cráneo del Sirenio se encuentra depositado en el museo por cortesía de la Consejería
de Educación y Cultura.
Dibujo original de Maurcio Antón.
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