El Sol emite rayos denominados
radiaciones, que llegan a todos
los planetas del Sistema Solar.
Los planetas más cercanos al Sol reciben
muchas radiaciones, es decir, mucha
energía, tanta que podría quemar
la superficie del planeta.
La Tierra es el tercer
planeta del Sistema Solar. Por eso,
recibe mucha energía, pero con una
distribución desigual por su superficie.
Rodeando a la Geosfera, se encuentra
la Atmósfera, que filtra
las radiaciones dejando que lleguen
a la superficie las menos dañinas.
La Atmósfera, junto con la Hidrosfera,
reparte la energía aportada por las
radiaciones. Quitan energía de las
zonas donde llega con más abundancia
y la reparten a los lugares donde
llega menos. Así se regula
la temperatura de La Tierra, con lo
que se ha conseguido la aparición
y el desarrollo de la Vida.
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