2.- FORMA, TAMAÑO Y ESTRUCTURA
GENERAL DE LA CÉLULA:
La célula
es una estructura constituida
por tres elementos básicos:
membrana plasmática, citoplasma
y material genético (ADN).
Posee la capacidad de realizar tres
funciones vitales: nutrición,
relación y reproducción.
La célula es la unidad más
simple conocida, lleva a cabo esas
tres funciones vitales por sí
misma, es decir, sin necesidad de
otros seres vivos.
Los virus,
aunque considerados por algunos autores
como seres vivos, precisan invadir
a una célula viva para conseguir
la reproducción, por lo tanto
no son la forma más simple
de vida autónoma. Deben ser
considerados como materia viva, pero
son una forma de vida acelular.
Bacteriófago
Ciclo lítico de un bacteriófago
Actividad
de investigación 2: La vida acelular:
los virus
Introducción:
La teoría celular
explica en sus cuatro postulados como la
célula es la unidad básica
de vida. Los virus no son seres vivos autónomos,
puesto que necesitan de células vivas
para realizar sus procesos vitales, como
es el caso de la reproducción. Por
lo tanto, no son seres vivos como tales;,
se consideran formas de vida acelular o
simplemente materia viva.
Tarea: Se trata de
un trabajo de investigación individual
en el que, tras la búsqueda de
información acerca del funcionamiento
de los virus, conozcas si poseen metabolismo,
si tienen o realizan funciones de relación
y si cumplen por sí mismos las
funciones de reproducción.
Una vez que hayas analizado la información,
debes realizar un trabajo de síntesis,
de no más de cinco folios en procesador
de texto. En él analizarás
cada una de las funciones por las que
piensas que los virus son o no son seres
vivos. Puedes elegir un tipo de virus
concreto (mosaico del tabaco, gripe, sida,
varicela, etc.) para apoyar tus ideas.
Te facilitará la labor el comparar
el funcionamiento del virus con el de
cualquier célula animal o vegetal:
compara sus funciones básicas y
describe las diferencias..
Evaluación:
Se tendrán en cuenta
criterios siguientes: la capacidad de síntesis
y de análisis del alumno; su capacidad
de redacción para exponer sus ideas
y fundamentar sus tesis acerca del funcionamiento
de los virus y su inclusión o no
dentro de los seres vivos.
Las células
presentan una gran variabilidad
de formas, e incluso, algunas
no ofrecen una forma fija. Pueden
ser: fusiformes (forma de huso), estrelladas,
prismáticas, aplanadas, elípticas,
globosas o redondeadas, etc. Algunas
no tienen una pared rígida
y otras sí, lo que les permite
deformar la membrana y emitir prolongaciones
citoplasmáticas (pseudópodos)
para desplazarse o conseguir alimento.
Hay células libres que no muestran
esas estructuras de desplazamiento
pero poseen cilios o flagelos que
son estructuras derivadas de un orgánulo
celular (centriolo) el cual dota a
estas células de movimiento.
Las células pueden
estar unidas, formando tejidos,
y pueden no poseer una pared rígida
que las envuelva. En este sentido,
las uniones entre células generan
un tipo de tensiones que condiciona
la forma final del tejido resultante.
Los tejidos formados por células
que sí poseen esta rígida
pared celular por el contrario presentan
una forma mucho más estable.
La función
que realice la célula determina
la forma de la misma. Así encontramos
diferentes tipos de células:
células contráctiles
que suelen ser alargadas. Las del
tejido nervioso irregulares y con
prolongaciones que permiten la transmisión
del impulso nervioso. Las del intestino
suelen tener pliegues en una de sus
caras (microvellosidades) que amplían
la superficie de contacto y de intercambio
de sustancias. Y, finalmente, las
epiteliales que suelen ser cúbicas
o prismáticas.
El tamaño
es extremadamente variable. Existen
bacterias con 1 y 2 micras de longitud.
Las células humanas presentan
mucha variabilidad: glóbulos
rojos de 7 micras, células
del hígado con 20 micras, espermatozoides
de 53 micras y oocitos de 150 micras.
En los vegetales los granos de polen
pueden llegar a medir de 200 a 300
micras y algunos oocitos de aves pueden
medir entre 1 (codorniz) y 7 centímetros
(avestruz) de diámetro.
En cualquier caso, para la viabilidad
de la célula y su correcto
funcionamiento siempre se debe tener
en cuenta la relación
superficie-volumen. Puede aumentar
considerablemente el volumen de la
célula y no así su superficie
de intercambio de membrana lo que
dificultaría el nivel y regulación
de los intercambios de sustancias
vitales para la célula. También
es importante la relación entre
volumen citoplasmático
y volumen nuclear.
El mismo número de cromosomas
no puede controlar un aumento de volumen
desproporcionado, puesto que no regularía
y ni controlaría adecuadamente
las funciones de toda la célula.
Dentro de la estructura
general de una célula
debemos señalar las partes
que poseen todas las células
de forma común:
membrana plasmática, citoplasma
y ADN o material genético y
los orgánulos o estructuras
que las hacen diferentes
según sean procariotas, eucariotas,
animales y vegetales.
Las
células
procariotas son propias del
reino moneras (bacterias y cianobacterias).
Tienen en común con el resto
de las células de otros organismos
vivos una membrana plasmática,
citoplasma y material genético,
pero además muestran, por fuera
de la membrana plasmática,
una gruesa pared celular. En su interior
son mucho más simples que las
eucariotas y sólo existen ribosomas
y unas pequeñas invaginaciones
de la membrana, llamadas mesosomas.
No presentan núcleo y su ADN
se encuentra más o menos condensado
en una porción del citoplasma
llamada nucleoide.
Las
células
eucariotas son propias del
resto de los reinos de la naturaleza
(protoctista, hongos, animal y vegetal).
Presentan membrana plasmática,
citoplasma (más complicado
que en procariotas) que contiene un
complejo sistema endomembranoso (retículos,
aparato de Golgi, vesículas,
vacuolas, etc.), unos orgánulos
transductores de energía (mitocondrias
y cloroplastos) y estructuras carentes
de membrana (centríolos, ribosomas,
microtúbulos y microfilamentos).
El núcleo de estas células
está independiente del resto
del citoplasma por una membrana nuclear
con numerosos poros. Este núcleo
contiene el ADN de la célula
condensado en cromosomas o descondensado
en cromatina, según el momento
del ciclo celular .
Actividad
de investigación 3: Procariotas y
Eucariotas
Introducción:
El conocimiento de la célula
y las diferencias entre la célula
procariota y eucariota es un tema recurrente
en los contenidos de Biología de
los distintos niveles de la enseñanza
Secundaria y Bachillerato. Pero ahora llega
el momento de repasar todo lo aprendido
en cursos anteriores y realizar una tarea
sintética y comparativa de las diferencias
y similitudes entre ambos tipos celulares.
Tarea: Para llegar
al objetivo final de esta unidad, el conocimiento
en profundidad de la estructura y el funcionamiento
celular, es imprescindible conocer las
variedades que podemos encontrar en la
naturaleza de esta unidad básica
de vida, desde el origen de la misma hasta
la actualidad. Para ello te proponemos
una actividad de investigación
basada en el estudio y comparación
de la célula procariota y eucariota,
con la intención de que elabores
finalmente un cuadro comparativo en Power
Point.
Descripción:
Analiza la información
que te facilitamos en el apartado de recursos.
Procede, en su mayoría, de institutos
y centros de investigación y universidades.
Realiza una presentación en Power
Point en la que, mediante diversas diapositivas
enlazadas, puedas mostrar a los compañeros
de tu grupo las similitudes y diferencias
entre una célula procariota y una
eucariota animal o vegetal.
Podéis realizar este trabajo en grupos
de no más de cuatro personas. Repartíos
bien el trabajo y buscad la información
en las páginas web, extrayendo de
ellas las imágenes, amimaciones y
textos que consideres de interés.
Una vez seleccionada y analizada la información
debéis realizar un ejercicio de síntesis
para confeccionar un cuadro comparativo
de semejanzas y diferencias entre ambos
tipos celulares atendiendo a: su estructura
general, sus orgánulos, su forma
de vida, su forma de reproducción,
de nutrición y de relación
(desplazamientos).