Cuando pensamos en las características
de los seres vivos, solemos hacer referencia a lo que
llamamos las tres funciones vitales:
* NUTRICIÓN: necesaria para mantener funcional al ser vivo.
* RELACIÓN: sirve para comunicar al ser vivo con otros seres vivos,
con su medio, obtener lo que necesita de él, protegerse,
buscar pareja, etc.
* REPRODUCCIÓN: imprescindible para perpetuar la especie a la que pertenece el ser vivo.
Las funciones de NUTRICIÓN y REPRODUCCIÓN son fáciles de
entender. Interrogantes como: qué son, para qué sirven,
con qué órganos las desempeñamos, etc. demandan una explicación
que no resulta difícil. Sin embargo, la función de RELACIÓN es
algo más complicada de comprender.
En primer lugar debemos ampliar su definición para incluir,
también, todo aquello que se da en el
interior de los seres vivos. Hablaremos, por tanto, de RELACIÓN
Y COORDINACIÓN y entenderemos así que esta función no se desempeña
sólo entre los seres vivos y su medio exterior, sino también con
su medio interior:
Con la RELACIÓN los seres vivos reciben
información de su medio, tanto externo, como interno.
Con la COORDINACIÓN interpretan esa información, elaboran
respuestas adecuadas y las llevan a cabo; todo ello mientras
el organismo sigue funcionando normalmente.
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Cualquier información proveniente del
medio de los seres vivos, tanto externo
como interno, capaz de provocar una
respuesta en ellos, recibe el nombre de
ESTÍMULO.
En los animales la COORDINACIÓN puede ser de dos tipos; ambos con
características distintas:
* COORDINACIÓN HORMONAL: de respuesta muy lenta y duradera, producida
por el Sistema Endocrino de glándulas y hormonas.