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PODEMOS IMPEDIR QUE EL SISTEMA INMUNITARIO ACTÚE Y CONSEGUIR DE ESTE MODO QUE UN TRASPLANTE
NO SEA RECHAZADO
Como la misión del sistema inmunitario
es defender el organismo, debe saber distinguir los elementos
extraños de los propios, de manera que estos no sean atacados.
El modo de identificar a las células es mediante los
antígenos que llevan en su membrana. Estos antígenos dependen
de los genes y son diferentes en unas y otras personas. Cuando
se trasplanta un órgano, el cuerpo receptor interpreta que han
entrado células invasoras y las ataca. Esta reacción defensiva
es más enérgica cuánto más diferentes son los antígenos y,
como estos dependen de los genes, la posibilidad de rechazo
es menor cuanto más próxima es la relación familiar entre
donante y receptor, ya que tendrán más genes iguales. Si
fuesen hermanos gemelos tendrían exactamente los mismos
genes y el trasplante no sería rechazado.
Existen bancos de datos en los que están registrados qué
antígenos poseen los posibles receptores. Cuando existe un
donante (por ejemplo, alguien fallecido en un accidente) se
hace el análisis de sus antígenos y se comparan con los que
hay en el banco de datos, seleccionando a la persona más
parecida, que es urgentemente llamada para la operación.
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Normalmente habrá riesgo de rechazo y, para hacerlo mínimo,
se recurre a ciertos medicamentos que frenan a la parte del sistema
inmunitario que actúa en estos casos.
Así se ha logrado salvar muchísimas vidas.
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