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VIDA DE LA ESPECIE Y VIDA DEL INDIVIDUO
Tras el respeto a la materia inerte, viene el respeto a la materia
viva. En los virus hay vida de la especie pero no de los individuos.
Viven en colonias y de modo parasitario. El virus aislado muere.
En cambio una bacteria vive aislada. Cabe distinguir en ella entre
la transmisión de la vida de unos individuos a otros (reproducción
o vida de la especie) y la vida del individuo aislado. Y en caso
de conflicto, la vida de la especie prevalece. Una hembra no duda
en sacrificar su vida para salvar a sus crías, si llega el
caso. La vida del individuo animal no tiene más sentido que
la de conservar la especie. En la naturaleza, el estrato más
bajo y fuerte es la vida de la especie.
En el hombre, la vida del individuo está unida al pensamiento
y el lenguaje y a una libertad positiva capaz de realizar o violar
valores. Se acentúa la distinción. Hay
que respetar la transmisión de la vida humana, el sexo y
su función, no agredir al feto desde la gestación
hasta el nacimiento (Genodulia). Y hay que respetar la vida del
individuo humano, no matar, no torturar, no golpear, ni siquiera
gritar (Biodulia).
¿En qué orden están esos dos respetos? En el
dado por los dos estratos. Respetar la naturaleza incluye respetar
ese orden. Genodulia es más baja y fuerte que Biodulia. Si
no se respeta al feto, tampoco se respeta al hombre. La máxima
violación de Genodulia no es castrar a un individuo (menos
grave que matarle), sino castrar a todo un pueblo o colectivo. Es
la entera especie la que muere (peor que asesinar a un individuo).
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