1.2 Riesgos al evaluar en Educación Infantil

Por su propia naturaleza, por ser un derivado de múltiples interrelaciones (herencia, maduración biológica, tipo de experiencias, entorno familiar y social, etc.) el desarrollo del niño es tan complejo que resulta imposible establecer un nexo causa-efecto inequívoco entre intervención educativa y una conducta o adquisición.

El proceso de desarrollo no responde a una secuencia acumulativa, en la que las destrezas se suman, sino que aparecen interacciones y procesos internos complejos que no son directamente observables y que se manifiestan a través de regresiones, conductas precursoras, falsos avances. Aunque los grandes estadios del desarrollo se cumplen en cada niño y se reconocen de igual forma y con la misma secuencia, las diferencias en la manera de cumplirse con enormes.

Existe el riesgo de utilizar la evaluación en su acepción más cuantitativa (implica la utilización de indicadores conductuales o ítems) y caer en el error de entrenar a los niños en la consecución de dichos ítems desatendiendo los procesos que los subyacen.
 
             
             
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