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Roma
La Hispania romana [Autoevaluación]

La romanización

Por romanización entendemos el proceso de conquista e imposición de los principios de administración, cultura, organización social y autoridad militar a los pueblos que habitaban la Península por parte de Roma.

Fue un proceso largo e implacable que comenzó cuando los romanos derrotaron a los cartagineses (hacia el 206 a. C.), y que no terminará, oficialmente, hasta el sometimiento de los pueblos cántabros y astures en el 19 a. C.

Romaniza Hispania
Romanización de Hispania

Falcata ibérica

La terrible 'falcata' ibérica, la espada con la que los íberos aterrorizaron a los romanos.

Durante la primera mitad del siglo II a. C. el cónsul romano M. Porcio Catón trató de atraerse a la población celtíbera y, posteriormente, T. Sempronio Graco se dio cuenta de que la única política posible era la de asimilación. Esto es, que los pueblos peninsulares se fueran romanizando. Para ello fundó una ciudad en el valle del Ebro. Además, se procuró atender a sus quejas sobre algunos gobernadores codiciosos o crueles.

El líder de los lusitanos (un pueblo celtíbero) que se enfrentaron a Roma fue Viriato. El pretor romano Sulpicio Galba había engañado a este pueblo, a pesar de la oposición de Catón, diciendo que iba a repartirles tierras. Cuando acudieron desarmados los mató o vendió como esclavos. Viriato consiguió durante años vengar esta afrenta. Este caudillo mantuvo en jaque al poderoso ejército romano gracias a su astucia y a la guerra de guerrillas, cuya invención se le atribuye. Finalmente fue asesinado por tres de sus amigos a los que Roma había comprado. De la amenaza que había supuesto para Roma da testimonio Annio Floro:

El último episodio de esta guerra fue Numancia. Numancia era una ciudad celtíbera que había desafiado durante años el poder de Roma. Finalmente los romanos recurrieron a Escipión Emiliano, que había destruido Cartago unos años antes. Escipión montó un impresionante dispositivo para sitiar la ciudad y lo mantuvo durante meses. Los numantinos sucumbieron a consecuencia del hambre y las epidemias. Los dirigentes de la ciudad prefirieron el suicidio antes que la rendición. La respuesta de Roma fue la que aplicaba a todos aquellos que no aceptaban su dominio: la ciudad fue arrasada y los supervivientes vendidos como esclavos. Numancia ha pasado a la Historia como uno de los mayores ejemplos de resistencia al invasor.

Las guerras contra los lusitanos y los celtíberos habían durado muchos años, pero ya a principios del siglo I a. C. la dominación romana era casi total. Solo algunos núcleos del norte peninsular permanecían sin romanizar, pero eran vigilados para evitar expediciones de saqueo de las tribus cántabras o vasconas hacia los valles del interior. En el resto del territorio se intensifica el proceso de romanización: la sociedad, la administración, la economía, la religión, cultura, diversiones, ... adoptan los modelos que vienen de Roma.