Los estímulos
pueden provenir del interior
del animal, como la sensación de hambre
o dolor, o producirse en el exterior,
como los cambios de temperatura o de
luz. Pueden ser elaborados por animales
de su misma especie, como gritos
de peligro o la exhibición de colores
vistosos por el sexo contrario, o
producidos por animales de distinta
especie, como la producción de
sustancias olorosas para marcar el
territorio o sonidos característicos.
Las respuestas
frente a un estímulo pueden ser
positivas, si el animal se acerca al
estímulo, o negativas, si el
animal se aleja del estímulo,
externas, como defensa o ataque, o
internas, como la producción de
hormonas. |
|
|