En estas zonas es donde los estímulos captados
por los sentidos adquieren una representación consciente.
En ella intervienen otras zonas próximas llamadas ZONAS
DE ASOCIACIÓN, en las que se almacenan los recuerdos y las
cosas aprendidas por el individuo. También cooperan otras
partes del encéfalo. De esta manera la interpretación que
se hace de los estímulos captados puede llegar a ser muy
elaborada, lo cual posibilita una producción de respuestas
muy complejas.
Las respuestas se producen en otra zona de la corteza,
la CORTEZA PRIMARIA MOTORA. Se encuentra en relación estrecha
e integrada con las áreas sensoriales. Por esta razón la
interpretación y elaboración del estímulo van seguidas
inmediatamente de la producción de la respuesta que será
llevada a cabo por los ÓRGANOS EFECTORES, que son los órganos
hacia los que va dirigida la respuesta.
Según los órganos efectores implicados,
existen respuestas de dos tipos:
Una respuesta MOTORA, la más habitual, que implica la contracción
de uno o varios músculos para producir
un movimiento de alguna
parte de nuestro cuerpo, o un desplazamiento de todo el organismo.
Una respuesta GLANDULAR, que implica la producción y liberación
de alguna sustancia química, bien al
interior o al exterior
del cuerpo.