Cuando los mismos elementos
químicos se asocian bajo condiciones físicas
(presión y temperatura) diferentes, las
distancias de enlace serán distintas y,
por tanto la forma cristalográfica también.
Esto hace que haya minerales distintos con
idéntica composición química.
Por ejemplo, los minerales
calcita y aragonito son, ambos,
carbonato cálcico (CaCO3), pero sus diferentes
condiciones de formación hacen que tanto
su aspecto como sus propiedades sean diferentes.
Lo mismo ocurre con el grafito, que
se usa para la mina de los lapiceros y el
diamante, la piedra preciosa de mayor
valor; ambos son el mismo compuesto (carbono
puro) pero claramente diferentes.
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