Antes de nacer, a su madre
le hicieron una amniocentesis para ver si
él, cuando era todavía un
embrioncillo, estaba bien. Al poco de nacer
le pinchó una enfermera en un pie
y le sacaron un poco de sangre para hacerle
la prueba de la fenilcetonuria, que dio
negativa. Ahora Luis tiene ojos azules y
es rubio, y, aunque su padre toca el piano,
después de años de estudio,
y su madre sabe jugar al ajedrez, él
es incapaz de tocar dos notas seguidas ni
de entender cómo se mueve el caballo.