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Ilustración de fondo
 

Géneros literarios

I. Géneros literarios

Se denomina género literario a cada una de las clases en que se dividen los textos literarios, escritos por los autores con una finalidad determinada. Cada género literario comprende, a su vez, otros subgéneros literarios.

Cada género tiene sus rasgos característicos:

  1. Género lírico: Se usa para expresar sentimientos y para ello, emplea generalmente el verso.

  2. Género narrativo: Se utiliza para presentar historias realizadas por personajes que pueden intervenir mediante el diálogo. El narrador cuenta la historia y para ello puede utilizar distintas formas de elocución, esto es, la narración, la descripción, la exposición o la argumentación.

  3. Género dramático: Es aquél destinado a ser representado ante unos espectadores. Los personajes intervienen sin la mediación de ningún narrador, siguiendo las indicaciones sobre vestuario, gestos, movimientos, etc. que contienen las acotaciones del texto teatral.

Subgéneros literarios

Llamamos subgéneros literarios a cada uno de los tipos de textos que se incluyen en los anteriores géneros señalados, caracterizados porque todos tienen rasgos comunes del género al que pertenecen.

Los principales subgéneros son los siguientes:

  1. Subgéneros líricos:

    1. Canción: poema de tema amoroso.

    2. Elegía: poema en el que se llora la muerte de un ser querido.

    3. Oda: poema que trata un tema serio y elevado.

    4. Sátira: poema utilizado para ridiculizar a alguien o a algo.

    5. Égloga: poema extenso con temas de la naturaleza y ambiente pastoril.

  2. Subgéneros narrativos:

    1. Cuento:  narración breve con pocos personajes  y con el tiempo y espacio escasamente desarrollados.

    2. Novela: narración más extensa y compleja que el cuento donde aparece una trama complicada o intensa, personajes sólidamente trazados, ambientes descritos pormenorizadamente, con lo que se crea un mundo autónomo e imaginario.

    3. Poema épico: Relata las hazañas heroicas con el propósito de glorificar a una patria. Por ejemplo, La Eneida, de Virgilio.

    4. Cantar de gesta: Poema escrito para ensalzar a un héroe. Por ejemplo, el Poema de Mío Cid.

    5. Romance:  Poema épico-lírico usado para narrar hazañas o hechos de armas.

  3. Subgéneros dramáticos:

    1. Comedia: Desarrolla conflictos divertidos y amables, con personajes pertenecientes al mundo de la normalidad.

    2. Drama: Los personajes luchan contra la adversidad, que suele causarle gran daño. Pueden intervenir elementos cómicos y entonces toma el nombre de tragicomedia.

    3. Tragedia: Presenta terribles conflictos entre personajes de alta alcurnia –reyes, héroes- que son víctimas de terribles pasiones que les llevan a la destrucción y a la muerte.

    4. Otros subgéneros dramáticos: el auto sacramental, el entremés, el paso, el melodrama, etc.

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II. El cuento

El cuento tiene como rasgo principal la brevedad, la intensidad y la simplicidad en el tratamiento de sus elementos: personajes, espacio, tiempo, acción, etc.

Así, los personajes suelen ser perfilados de forma simple y esquemática y se dan pocos detalles de ellos. La acción también es sencilla y suele mostrar un orden lineal, es decir, se desarrolla siguiendo un orden cronológico. El espacio en que se ambientan suele ser muy escasamente caracterizado.

  1. En cuanto a su modo de composición y autoría, podemos distinguir dos clases de cuentos, fundamentalmente:

    1. Cuento tradicional y popular: A veces es una creación colectiva que ha perdurado sobre todo a través de la transmisión oral y que perdura con variantes; otras veces puede ser obra de un autor conocido, pero haberse “popularizado” gracias a los medios de comunicación.

    2. Cuento literario: De autor conocido, escrito con mayor elaboración y con vocación de forma escrita. Suele mostrar más elaboración en sus elementos: tiempo, lugar, personajes, etc.

  2. Por su estructura, podemos hablar de:

    1. Cuentos con marco: narraciones independientes relacionadas entre sí por otra historia que las encuadra, como por ejemplo, Las mil y una noches.

  3. De acuerdo a la intención, nos encontramos los siguientes tipos de cuentos:

    1. Leyendas: Relatos en los que se narra como real un suceso extraordinario y que surgen para explicar lo inexplicable o el origen de un personaje que será importante en un relato legendario. Para darle ese tono de realidad, estos relatos se sitúan en lugares y tiempos precisos.

    2. Mitos: Muy relacionados con las leyendas, son un tipo de relato que trata de explicar misterios relativos al origen del mundo, de los seres humanos, de la Naturaleza o de lo inexplicable. Para ello, cada pueblo o cultura elabora sus propias historias. El conjunto de mitos forman la mitología de cada cultura.
      El mito y el cuento tradicional comparten rasgos en cuanto a su sencilla composición. No obstante, el cuento pretende entretener y el mito explicar algo o establecer una pautas sociales de comportamiento entre los miembros de una comunidad.

    3. Ejemplos y apólogos: Son relatos alegóricos de los que se desprenden una enseñanza o consejo. A este tipo pertenecerían las fábulas, es decir, narraciones generalmente en verso, en las que sus personajes son animales que hablan y se comportan como personas.

  4. En cuanto a la técnica empleada, distinguimos:

    1. El cuento fantástico, que cuenta historias situadas fuera de los límites de lo cotidiano.
    2. El cuento realista, que nos muestra un mundo semejante al real.

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III. La novela

La novela integra de forma más compleja que el cuento los elementos narrativos que la forman: personajes, acción, espacio, tiempo, desarrollo, etc. Así los personajes son caracterizados tanto por sus acciones como por sus reflexiones; la acción no siempre es única, sino que se multiplican o intercalan; el orden adquiere diversas formas, dándose anticipaciones o retrocesos en la historia.

     Podemos señalar varios tipos de novelas: novelas de aventuras, históricas, de ciencia-ficción, novelas policíacas, de amor, de detectives, de terror, fantástica...

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IV. Elementos de la narración

El punto de vista

El narrador es el sujeto que, desde un punto de visto concreto, cuenta los hechos de la historia, presenta a los personajes, los sitúa en un espacio y tiempo determinados, observa los hechos que le rodean y muestra su forma de pensar y su forma de comportarse. La manera de contarlo todo es importante para la comprensión de la historia.

Entre los distintos tipos de narrador, señalamos los siguientes:

  1. Narrador en 1ª persona: Cuando quien cuenta lo hechos participa en la historia que cuenta. Distinguimos dos clases:

    1. Narrador-protagonista: La historia la narra el personaje principal.

    2. Narrador-personaje secundario: Narra la historia un personaje secundario, que participa en la historia pero no es el protagonista.

  2. Narrador en 2ª persona: Cuando el narrador cuenta los hechos a un tú que a veces puede ser él mismo, de tal manera que se desdobla. Es una técnica que aparece en la novela contemporánea.

  3. Narrador en 3ª persona: Cuando quien cuenta la historia está fuera de ella. Encontramos aquí, también, dos clases:

    1. Narrador objetivo: El narrador es un mero testigo de los hechos y se limita a narrar aquello que ve, sin poder entrar en el interior de los personajes.

    2. Narrador omnisciente: El narrador describe lo que los personajes ven, sienten o piensan. Lo conoce todo sobre el personaje.

La acción

  La acción está formada por todos los acontecimientos y situaciones que componen una historia. Dichos acontecimientos se pueden organizar en núcleos con cierta autonomía, llamados episodios.

El conjunto de acontecimientos y hechos de la historia se denomina también argumento. La forma de organizar dichos acontecimientos se denomina trama.

Los personajes

Los personajes son aquéllos que realizan las acciones que relata el narrador.

Por su importancia en el desarrollo de dicha acción, los personajes pueden ser principales o secundarios. Dentro de los principales se encuentra el protagonista, que es el personaje más importante de todos. A su oponente se le denomina antagonista.

La caracterización de los personajes se puede realizar de diversas maneras:

  1. Por caracterización directa: El narrador, el mismo personaje u otro personaje, bien en bloque, bien gradualmente, describen directamente el físico, el carácter o cualquier otro dato del personaje.

  2. Por caracterización indirecta: El personaje va siendo conocido por el lector mediante sus reacciones, su forma de hablar, sus actuaciones, etc., sin que nadie lo describa.

La estructura

Los elementos de la narración se organizan para forma un todo interrelacionado. De manera general, distinguiremos tres partes en una narración:

  1. Planteamiento: Es la parte inicial del relato donde se proporciona la información necesaria para que se desencadene la acción posterior.

  2. Nudo: Es el momento de mayor complejidad de la historia y donde se continúa lo iniciado en el planteamiento.

  3. Desenlace: Es el episodio final en el que se resuelve o finalizan los conflictos. A veces el final puede quedar abierto.

El tiempo

El tiempo es el elemento de la narración que tiene en cuenta la duración, sucesión y ordenación en que se producen los distintos acontecimientos.

  1. La duración del tiempo puede ser diverso: varios años, un día, unas horas...:

    1. El tiempo es largo cuando se presenta un período de tiempo muy amplio, muchas veces de años.

    2. El tiempo es corto cuando lo narrado ocupa pocas horas.

  2. El orden temporal de los acontecimientos puede presentarse de diversas maneras:

    1. Desarrollo lineal: Los hechos se presentan con el orden cronológico en que se produjeron.

    2. In media res: La narración se inicia en un punto intermedio de la historia y se van relatando hechos anteriores y posteriores.

    3. Flash-back: La narración empieza por el final y retrocede al pasado.

  3. De acuerdo a la percepción que se tiene del tiempo, éste será:

    1. Tiempo objetivo: Es el tiempo que se puede medir por el reloj: horas, días...

    2. Tiempo subjetivo: Es la percepción que se tiene del paso del tiempo; a veces, una hora se hace interminable.

  4. En cuanto al ritmo de la historia, es decir, la relación entre lo narrado y la forma de narrarlo, podemos hablar de:

    1. Ritmo rápido: cuando los hechos o acontecimientos se suceden con rapidez y abundancia.

    2. Ritmo lento: cuando la narración se demora en descripciones y reflexiones, de tal modo que los acontecimientos son escasos.

El espacio

El espacio es el componente narrativo que se refiere al lugar en el que se desarrolla la acción y por el que se mueven los personajes. Puede haber espacios urbanos, rurales, domésticos, idealizados...

  1. El tratamiento del espacio puede ser diverso:

    1. Cuando las indicaciones espaciales son mínimas.

    2. Cuando el espacio cobra una especial importancia en la narración, dado que está muy relacionado con la evolución del personaje (por ejemplo, en los libros de viaje).

    3. Cuando el espacio físico determina la historia y se convierte en un personaje más (por ejemplo, la selva, el Oeste, la ciudad, etc.).

  2. En relación con la realidad puede ser:

    1. Espacio real: Corresponde con lugares auténticos e identificables.

    2. Espacio imaginario: No existe en la realidad pero ha sido creado a partir de lugares similares de la realidad. Aunque no es auténtico, contiene elementos reales o posibles (por ejemplo, Vetusta, en La Regenta, de Clarín).

    3. Espacio fantástico: No existe ni tiene relación con espacios reales (por ejemplo, los lugares de las novela de ciencia-ficción).

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V. Estilo directo y estilo indirecto en la narración

El diálogo entre los personajes aparece con frecuencia en los textos narrativos. La forma de introducir dicho diálogo puede hacerse de acuerdo a los siguientes procedimientos:

  1. Estilo directo: Cuando los personajes hablan directamente y, por tanto, se transcriben literalmente sus palabras, introducidas por un guión y aclaradas, a veces, por el narrador mediante un verbo de lengua –decir, responder, aclarar, etc...-

    «-No sirvo para nada –decía aquel hombre con el gesto abatido.»

  2. Estilo indirecto: Cuando las palabras del personaje no son transcritas literalmente, sino que mediante una oración subordinada dependen de un verbo de lengua y son modificadas, adaptándolas a las coordenadas temporales del narrador: 

    «Aquel hombre, con el gesto abatido, decía que no servía para nada.»

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VI. Tipos de elocución en la narración

Tipos de elocución

Cuando nos expresamos por escrito, podemos hacerlo utilizando las siguientes formas de elocución:

  1. Narración: Para contar hechos.

  2. Diálogo: Para reflejar las palabras que los interlocutores pronuncian en una conversación.

  3. Descripción: Para expresar cómo es algo.

  4. Exposición: Para presentar nuestras ideas.

  5. Argumentación: Para defender, razonándolas, nuestras ideas.

La narración puede contener, además del que le es propio, los otros tipos de elocución existentes, esto es, puede incluir el diálogo entre los personajes, pasajes descriptivos o diversas reflexiones en las cuales puede utilizarse la exposición y argumentación de ideas.

Tiempos verbales en la narración

En esta breve introducción, queremos poner de manifiesto la relación de algunos tiempos verbales con algunas de estas formas de elocución:

Tipo de elocución Tiempo verbal
Narración
  • Pretérito Perfecto Simple
Descripción
  • Pretérito imperfecto de indicativo
  • Presente de indicativo
Diálogo
  • Presente de indicativo

 

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VII. Tópicos literarios

Se denomina tópico literario o lugar común a un motivo temático que se originó en la antigüedad y se ha ido transmitiendo en el tiempo.

Presentamos aquí algunos de los más conocidos:

  • Carpe Diem: Expresión latina que significa «atrapa el día», es decir, vive el momento. Aconseja aprovechar los beneficios de la juventud antes de llegar a la vejez.

  • Ubi Sunt: Tema medieval que consiste en recordar («¿Dónde están?») a personas o sucesos ya pasados para destacar la fugacidad de la vida y el paso del tiempo.

  • Beatus Ille: Se utiliza para alabar los placeres del campo frente a la vida atormentada e inquieta de la ciudad.

  • Locus Amoenus: Consiste en la descripción idealizada («lugar ameno») de la naturaleza.

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VIII. Figuras literarias

Un tipo especial de recursos literarios son las figuras literarias o figuras retóricas, las cuales son mecanismos utilizados por el escritor para embellecer el lenguaje y manipular su pensamiento o su manera de escribir, dando un sentido figurado, no denotativo, a sus palabras. Más que aprenderlas de memoria, conviene apreciar su sentido de extrañeza y fuerza expresiva. Comentamos la figura aparecida en las actividades de este bloque:

Metáfora: Consiste en identificar, porque entre ellos haya alguna semejanza, el término real con el término imagen, sin nexo comparativo:

Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar a la mar.

(Jorge Manrique)

IX. Nociones de métrica

Como vimos en la unidad anterior, el verso es la unidad fundamental de los textos poéticos.

El verso es un grupo de palabras marcadas por una medida, un ritmo y una rima. Un conjunto de versos forman una estrofa,  y varias estrofas forman un poema.

Los versos, según su medida, se pueden dividir en dos grandes grupos:

  • De arte menor: Aquellos que tienen menos de 8 sílabas.

  • De arte mayor: Aquellos que tienen más de 8 sílabas.

Los versos mayores de 12 sílabas, además de ser de arte mayor, son versos compuestos, los cuales están formados por dos hemistiquios que, al medir, funcionan como versos independientes y, por tanto, habrá de aplicárseles las mismas licencias métricas y reglas de acentuación que a éstos.

En cuanto a la rima, los versos pueden ser:

  • De rima consonante o total: Si, desde de la última sílaba acentuada, riman vocales y consonantes.

  • De rima asonante o parcial: Si, desde la última sílaba acentuada, sólo riman las vocales.

A la hora de medir los versos hay que tener en cuenta las licencias métricas y la acentuación de la última palabra del verso.

  1. Licencias métricas: Son las modificaciones que sufre la medida del verso al aplicar unos determinados fenómenos, que son los siguientes:

  1. La sinalefa: Consiste en formar una única sílaba con la última de una palabra que termine por vocal y la primera de la siguiente que empiece por vocal.

me-ta um-bro-sa al- va-que-ro-con-ven-ci-do

Góngora. Soledad Primera.

  1. Hiato: Consiste en el fenómeno contrario a la sinalefa, es decir, formar dos sílabas  diferentes con la última de una palabra que termine por vocal y la primera de la siguiente palabra que empiece por vocal.

y hu-yó-su-al-ma-a-la-man-sión-di-cho-sa

José de Espronceda. El estudiante de Salamanca.

  1. Diéresis: Consiste en dividir en dos sílabas las vocales que deberían ir en una sola porque forman diptongo. A veces viene indicada por el poeta con el signo de la diéresis (¨).

la-del-que-hu-ye el- mun-da-nal-ru-ï-do

Fray Luis de León. Oda a la vida retirada.

  1. Sinéresis: Consiste en lo contrario de la diéresis, es decir, en la unión, para formar una sílaba métrica, de dos vocales contiguas que no forman diptongo en el interior de una palabra.

de-noc-tur-no-Fae-tón-ca-rro-za ar-dien-te

Góngora. Soledad Primera.

  1. Acentuación de la última palabra del verso

    1. Cuando la última palabra del verso es aguda, se suma una sílaba al cómputo de las sílabas del verso.

    2. Cuando la última palabra del verso es llana, esto no afecta al cómputo de las sílabas del verso.

    3. Cuando la última palabra del verso es esdrújula, se resta una sílaba al cómputo de las sílabas del verso.

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X. Introducción a la literatura española

Mantenemos este epígrafe siguiendo el criterio utilizado en 1º de ESO, el cual no nos lleva a una exposición cronológica de las obras y autores de la literatura española, sino que, dado el carácter práctico de estos materiales y el curso en que nos encontramos, se incluyen únicamente las referencias a obras y autores necesarias para la realización de las actividades.

Teatro

Lope de Rueda (Sevilla, 1505 – Córdoba, 1565) fue uno de los autores de teatro más famosos del siglo XVI. Especialmente conocidos son sus pasos, piezas breves y cómicas que se incluían en sus comedias de mayor extensión, con las que no guardaban ninguna relación argumental. Aunque muchos parten de fuentes italianas, tienen muchos elementos populares (refranes, chascarrillos, anécdotas, burlas, chistes, etc.) que le proporcionaron un éxito popular.

Poesía

Si bien temáticamente pertenecen al género narrativo, puesto que narran historias o peripecias entre unos animales que hablan y se comportan como humanos, formalmente, las fábulas, en su mayoría, adoptan el verso para su materialización.

Félix María Samaniego (Laguardia, Álava, 1745 – 1801) es, junto con Tomás de Iriarte (1750-1751), el fabulista por excelencia del siglo XVIII. Sus Fábulas morales, publicadas en 1781 para instruir a sus alumnos es una colección de 137 poemas que toma sus temas de Esopo, Fedro, La Fontaine y John Gay.

Narrativa

Wenceslao Fernández Flórez (A Coruña, 1879- Madrid, 1964) se desvió de la vertiente realista de la narrativa que se producía en España en el primer tercio del siglo XX, tal como lo demuestra con El bosque animado (1943) donde nos muestra una visión idílica y romántica de Galicia, con sus curanderas, bandoleros y leyendas. 

Antonio Martínez Menchén (Linares, Jaén, 1930), autor adscrito a la vertiente del realismo social de los años 50 y 60, comienza a escribir obras juveniles en 1985, entre las que se incluyen, además de Con el viento en las velas, otras como La espada y la rosa, ambientada en la Edad Media. Con el viento en las velas se sitúa al comienzo del siglo XVIII. Allí, Guzmán, un joven andaluz, se embarca como polizón en un barco negrero huyendo de su madrastra. A partir de ese momento vivirá peligrosas aventuras al tiempo que descubre un mundo más avanzado que el suyo gracias a un particular pirata, el Capitán Williams y su ayudante, el doctor Godwin. En la novela se mezcla la aventura y la reflexión sobre temas filosóficos y sociales enmarcados dentro de los parámetros de la ideología del siglo de las Luces.

José María Merino (A Coruña, 1941) conjuga el gusto por narrar con la experimentación técnica. Igualmente mezcla realidad y fantasía, lirismo y parodia en su narrativa en la que cultiva tanto la novela como el cuento, del que es un importante representante en las últimas generaciones de narradores. También cultiva el relato de temática juvenil con obras como El oro de los sueños, ambientada en la época de la conquista americana, y en la que el joven mestizo Miguel Villacé Yolotl participa en la búsqueda de un reino misterioso del que se cuentas fabulosas historias de oro y riqueza. Las peripecias que sufre en la búsqueda le ayudan también a conocerse mejor a sí mismo.

Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) muestra igual dominio técnico en el ámbito narrativo que el anterior escritor, compañero de generación. Cultivador también de diversos subgéneros narrativos, con Relato de Babia entronca con el carácter oral del género, así como reconstruye un mundo mítico cercano a la geografía en que vivió su infancia. En el libro se mezcla, pues, lo mítico y lo narrativo, lo lírico y el recuerdo del mundo leonés en que vivió.

José Ferrer Bermejo (Alcalá de Henares, 1953) pertenece a la generación de la nueva narrativa española. Además de la novela El globo de Trapisonda (1985 ) destaca como autor de varios libros de cuentos –Incidente en Atocha (1982), El increíble hombre inapetente y otros relatos (1982) y  La música de Ariel Caamaño (1992)- en los cuales mezcla la imaginación, la fantasía, el humor y la parodia.

 

Última actualización: 2004-03-05