1
      
      El dulce lamentar de dos pastores,
      Salicio juntamente y Nemoroso,
      he de cantar, sus quejas imitando;
      cuyas ovejas al cantar sabroso
      estaban muy atentas, los amores,
      de pacer olvidadas, escuchando.
      Tú, que ganaste obrando
      un nombre en todo el mundo
      y un grado sin segundo,
      agora estés atento sólo y dado
      al ínclito gobierno del estado
      albano, agora vuelto a la otra parte,
      resplandeciente, armado,
      representando en tierra el fiero Marte;
      2
      
      agora, de cuidados enojosos
      y de negocios libre, por ventura
      andes a caza, el monte fatigando
      en ardiente jinete que apresura
      el curso tras los ciervos temerosos,
      que en vano su morir van dilatando:
      espera, que en tornando
      a ser restitüido
      al ocio ya perdido,
      luego verás ejercitar mi pluma
      por la infinita, innumerable suma
      de tus virtudes y famosas obras,
      antes que me consuma,
      faltando a ti, que a todo el mundo sobras.