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Roma
La literatura latina [Autoevaluación]

Historiadores

Los primeros historiadores latinos de los que tenemos noticia empezaron a escribir unas historias en forma de Annales en el último tercio del siglo III a. C.


Busca historiadores romanos

En el siglo I a.C. en época de Sila, nacen los primeros grandes autores que cambian el rumbo de la historiografía latina, César y Salustio. Con estos dos autores comienza la historiografía del periodo clásico, en el que además de buscar la narración de la verdad, se persigue darle valor estético a la obra historiográfica.

 

César (100 – 44 a. C.) compone dos libros de Historia sobre dos de sus campañas militares más importantes:

La Guerra de las Galias, acaecida entre el 58 y 52 a. C., y La Guerra Civil sucedida entre los años 49 -48 a. C. Su figura y valor es mucho mayor como político y militar que como escritor, aunque también es importante, y un gran estilista del latín. Sus obras se conciben como anotaciones de campo, se llaman en latín Commentarii, es decir, anotaciones.


Asigna obras de historiadores romanos

 

Salustio Nació en el año 86 en la Sabina y murió algunos años después de César, retirado de la vida pública.  Se dedicó  a la política tomando partido por el bando de César. Escribió tres obras: una Historiae, ‘Historias’  que conservamos sólo en fragmentos, y dos monografías, La Guerra de Yugurta y La Conjuración de Catalina.

Salustio escoge los acontecimientos históricos que más se adecuan a su ideario político. En el primero se narra la sublevación de Yugurta contra Roma en Numidia. La segunda la conjuración que Lucio Catilina preparó contra el Estado en el año 63 a. C.


Nepote
(100 – 25 d. C.) tiene una vida casi desconocida. Su obra histórica se centra en las Biografías. El libro más importante,  De Viris illustribus, o Vidas de hombre ilustres separa los romanos de los extranjeros, se nos ha conservado sólo en parte, casi todos extranjeros. Sus datos históricos no son siempre correctos, busca dar un perfil determinado del biografiado como en la vida de Aníbal.
  

Tito Livio (59 a. C. – 17 d. C.) nació en Capua donde se educó en retórica y filosofía.  Hacia el año 30 a. C., coincidiendo con la proclamación de Octavio como Augusto, llega a Roma donde dedica su vida a la publicación de sus historias Desde la fundación de la Ciudad, ab urbe condita, hasta la muerte de Druso.

La influencia de Livio fue muy grande y se tardarían casi cien años en volver a encontrar en Roma historiadores de su prestigio. Esto sucede en el cambio del siglo siguiente con dos autores en cierta medida opuestos, pero que narran los mismos acontecimientos históricos de los primeros decenios del Imperio.

Tácito (56 – 117?) debió nacer hacia el año 56 d.C. en la Galia narbonense. Sus obras se dividen en dos grupos las menores: Agrícola, Germania y el Diálogo de los oradores, y las mayores: Las Historias y Los Anales.

En la primera hace una biografía elogiosa de su suegro. Es una mezcla de biografía, monografía histórica y laudatio o discurso encomiástico fúnebre. La segunda obra es una Monografía sobre geografía, historia y etnografía de los germanos. La tercera es una obra diferente del resto. En ella se recogen tres diálogos entre oradores que debaten sobre aspectos de la oratoria. Su influencia se hizo notar sobre todo en autores de la Ilustración como en Montesquieu o Rousseau.


Suetonio
es el último gran historiador al que nos vamos a referir. De su vida sabemos poco. Debió nacer en torno al 69, procedente de África. Debió morir entre 130 y 140. De su obra conservamos La vida de los doce Césares y sólo en parte La vida de gramáticos y rétores. Su obra fundamental trata de las vidas de los primeros emperadores desde Julio César hasta Domiciano al final del s I d. C.

Las narraciones de las vidas de los emperadores están salpicadas de anécdotas referidas a la vida privada mezclada con aspectos públicos, pero dibuja un semblante definido  de cada emperador. La biografía de Suetonio se contrapone en cierta medida a la historia de Tácito.