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Inicio > Profesorado > 2º E.S.O. > Vetusta: Teoría > Breve introducción a la historia de las lenguas constitucionales: el castellanoProfesorado

Teoría  Antología  Transversalidad  Diversidad  Metodología  Secuencia  Bibliografía

Ilustración de fondo
 

El castellano

I. Situación actual

1. Introducción

En España el castellano es lengua oficial en todo el Estado. Actualmente comparte esta oficialidad con el catalán, gallego y euskera en las Comunidades Autónomas correspondientes. Sus variedades geográficas o sociales no perturban su unidad.

2. El español en el mundo

El español se extiende por países de los cinco continentes. En unos, es lengua oficial (Hispanoamérica), en otros, lengua cooficial (en Hispanoamérica: con el quechua y aimara, en Bolivia; con el quechua, en Perú; con el guaraní, en Paraguay; con el inglés, en Puerto Rico; en África: con el francés, en Guinea Ecuatorial) o lengua de cultura (en EE.UU., principalmente).

A partir de las estadísticas del Instituto Cervantes en su Anuario 1998, (utiliza la base de datos de Enciclopedia Británica 1997 Book of the Year -Events of 1996), mostramos unos cuadros de la situación del español en el mundo. El artículo de dicho anuario se titula Demografía de la lengua española y son sus autores F. Moreno y J. Otero. Cuando no se utiliza esta fuente se indica en la parte inferior de la tabla. Se puede tener acceso a estos datos en la página web del Instituto Cervantes: http://cvc.cervantes.es.

Primer cuadro. Extensión geográfica que ocupa el español en el mundo y su relación con las lenguas más habladas.
Cuadro 1. Superficie geográfica de las cinco lenguas más extendidas del mundo
  Superficie Km2(1) Superficie % mundo(2)
Inglés 39.466.937 29,4
Francés 20.618.557 15,4
Ruso 17.282.995 12,9
Español 12.207.187 9,1
Chino 9.610.795 7,2
Total mundo 134.023.977  
Tomado de: Instituto Cervantes. Fuente: El peso de la lengua española en el mundo, Universidad de Valladolid, 1997.
1. Suma de las superficies de los países donde cada lengua es oficial en km2.
2. Proporción de la suma de las superficies de los países donde cada lengua es oficial respecto a la superficie emergida mundial.
Segundo cuadro: Número de países donde el español, el inglés y el francés son lenguas oficiales, y número de habitantes que hablan estas lenguas.
Cuadro 2. Número de países donde el inglés, el francés y el español son lenguas oficiales, habitantes de estos países y proporción con la población mundial (1996).
  N.º de países Habitantes(1) Habitantes/Mundo
Inglés 51* 1.831.375.100 31,7%
Francés 28** 284.591.000 4,9%
Español 21*** 346.284.000 6,1%
Mundo   5.772.918.300 100%
* Más diez Estados dependientes. ** Más ocho Estados dependientes. *** Más Puerto Rico.
1. Países donde la lengua en cuestión es oficial o co-oficial. Se excluyen por tanto territorios dependientes como Hong Kong (en su momento), Nueva Caledonia o Puerto Rico, cuyos habitantes son, sin embargo, contabilizados como hablantes de las respectivas lenguas.
Tomado de: Instituto Cervantes
Tercer cuadro: Habitantes y hablantes de español, inglés y francés en aquellos países donde la lengua es oficial.
Cuadro 3. Relación entre los hablantes de inglés, francés y español, y los habitantes de los países donde es oficial (1996).
  Hablantes Habitantes Proporción
Inglés 497.538.100 1.831.375.100 27,2%
Francés 101.167.000 284.591.000 35,4%
Español 327.956.000 346.284.000 94,7%
Tomado de: Instituto Cervantes
Cuarto cuadro: Países donde se habla el español y es lengua oficial.
Cuadro 4. Hispanohablantes en países y territorios donde la lengua española es oficial
  Hablantes Población Hablantes (% población)
Argentina 34.895.000 34.995.000 99,7%
Bolivia 6.660.000 7.593.000 87,7%
Chile 12.940.000 14.375.000 90,0%
Colombia 35.300.000 35.652.000 99,0%
Costa Rica 3.315.000 3.400.000 97,5%
Cuba 11.117.000 11.117.000 100,0%
Ecuador 10.880.000 11.698.000 93,0%
El Salvador 5.897.000 5.897.000 100,0%
España 38.930.000 39.270.000 99,1%
Guatemala 7.070.000 10.928.000 64,7%
Guinea Ecuatorial 406.000 406.000 100,0%
Honduras 5.564.000 5.666.000 98,2%
México 91.270.000 92.711.000 98,4%
Nicaragua 4.112.000 4.272.000 96,3%
Panamá 2.069.000 2.674.000 77,4%
Paraguay 2.736.000 4.964.000 55,1%
Perú 19.110.000 23.947.000 79,8%
Puerto Rico 3.699.000 3.766.000 98,2%
Rep. Dominicana 7.350.000 7.502.000 98,0%
Uruguay 3.090.000 3.140.000 98,4%
Venezuela 21.610.000 22.311.000 96,9%
Español 328.020.000 346.284.000 94,6%
Tomado de: Instituto Cervantes
Quinto cuadro: Países donde el español no es lengua oficial
Cuadro 5. Número de hispanohablantes en países y territorios donde el español no es lengua oficial
 

Estimación n.º hablantes

Alemania 140.000
Andorra 33.000
Antillas Holandesas (Bonaire y Curazao) 189.602
Aruba 4.946
Australia 101.000
Bélgica 50.000
Belice 69.000
Brasil 43.901
Canadá 177.425
Estados Unidos 19.970.000
Francia 220.000
Filipinas 1.816.389
Gibraltar 10.061
UAM 793
Israel 50.000
Luxemburgo 3.000
Marruecos 20.000
Turquía 23.175
Suecia 55.000
Islas Vírgenes (EE.UU.) 11.983
Suiza 123.708
Tomado de: Instituto Cervantes

3. El español en las organizaciones internacionales

A. El español en la UE (Unión Europea)

El español es una de las once lenguas utilizadas en la Unión Europea, junto con el alemán, el danés, el finés, el francés, el griego, el inglés, el italiano, el neerlandés, el portugués, y el sueco, que corresponden a los quince países de la UE. Ahora mismo están a la espera otros trece países con sus propias lenguas.

Uno de los problemas de la UE es la utilización de las lenguas. Aunque los tratados y documentos aparecen en la lengua de cada uno de los países que la componen, en las sesiones de trabajo, con o sin traducción simultánea, se usa el francés y el inglés. Aunque el español pasa por ser la cuarta lengua y el alemán la tercera, nuestros eurodiputados y personal administrativo deben conocer perfectamente aquellos dos idiomas.

Lo mismo ocurre con otros organismos de la UE: la UEO (Unión de Europa Occidental), para la defensa de Europa, utiliza el francés e inglés; la Agencia Espacial Europea el inglés, francés, y alemán; la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) tiene como oficiales el inglés, francés, alemán, ruso, italiano, español; el Consejo de Europa utiliza el inglés y francés; el CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear) sólo emplea el inglés y el francés; la Oficina Europea de Marcas usa el inglés, francés, alemán español e italiano; el EUROCUERPO (Cuerpo de Ejército Europeo) tiene como lengua oficial la lengua de los países participantes, España entre ellos, pero en las reuniones de trabajo se usa el alemán y el francés. Siempre que un país use su propia lengua tiene que proporcionar, es decir pagar, la traducción simultánea a una de las oficiales.

B. El español en la ONU

Las lenguas oficiales y las de trabajo del Consejo de Seguridad son el árabe, el chino, el español, el francés, el inglés y el ruso (artículo 41).

En el Consejo Económico y Social las lenguas oficiales son el árabe, el chino, el español, el francés, el inglés y el ruso. Las lenguas de trabajo son el español, el francés y el inglés.

La Secretaría de las Naciones Unidas tiene como idiomas de trabajo el francés y el inglés.

En el ámbito intergubernamental, la Junta Ejecutiva de UNICEF (Fondo Internacional de las Naciones Unidas de Socorro a la Infancia) sigue el régimen de los seis idiomas oficiales y tres idiomas de trabajo (español, francés e inglés).

En la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se utilizan como lenguas de trabajo el árabe, el chino, el español, el francés, el inglés y el ruso.

La FIFA usa como lengua oficial el inglés, el francés, el español y el alemán, aunque el inglés es la lengua más utilizada.

La UEFA tiene como lenguas oficiales el francés, el inglés, el alemán y el ruso.

Para saber más: E. YBÁÑEZ: El idioma español en las organizaciones internacionales.

4. El Instituto Cervantes

El Instituto Cervantes es el organismo para la defensa y extensión de las lenguas constitucionales del Estado Español a través de 38 centros extendidos por todo el mundo. Su mayor actividad gira en torno al castellano y abarca una amplia gama de funciones:

  • Información de cursos de español para extranjeros.
  • Organización de Congresos y asistencia a Ferias Internacionales de Lengua.
  • Elaboración de materiales didácticos y pedagógicos para la enseñanza del español.
  • Coordinación de proyectos de lengua.
  • Participación en programas de la Unión Europea.
  • Creación en Internet del Centro Virtual Cervantes como punto de información de todo el trabajo del Instituto.
  • Participación en programas de difusión de la lengua y de la cultura.
  • Elaboración de un Anuario.

Para saber más: http://cvc.cervantes.es

5. El español en Internet

En la siguiente tabla se aprecia la presencia del español en Internet. La situación no es tan buena como quisiéramos. Lenguas con menor número de hablantes nos superan. La estadística es de 1998 y, desde entonces, el número de páginas ha aumentado, pero también lo han hecho las de otras lenguas. La importancia de la red en la sociedad actual debería movernos a actuar cuanto antes. De los países de habla española, España es el que tiene mayor presencia con 894.787 páginas, seguida de México con 381.978 y Argentina con 151.866.

La tabla procede del estudio realizado por Pedro Mestre Yenes (La utilización de las diferentes lenguas en Internet), en el Anuario 1999, del Instituto Cervantes.

Lengua Número de páginas Porcentaje de páginas sobre el total
Alemán 5.825.015 3,34
Chino 1.240.276 0,71
Coreano 1.185.919 0,68
Español 2.635.928 1,51
Francés 3.418.011 1,96
Neerlandés 1.239.717 0,71
Inglés 122.269.281 70,05
Italiano 2.248.232 1,29
Japonés 8.745.138 5,01
Portugués 1.278.182 0,73
Sueco 1.124.127 0,64
Tomado de: Instituto Cervantes

 

[^]

 

II. Origen y desarrollo de la lengua castellana

1. Introducción

El origen del castellano ya fue estudiado en la Unidad 2 de primero de la ESO. En esta desarrollaremos más lo que es propiamente la historia del castellano, desde el siglo X hasta nuestros días. Pero no debemos olvidar que en nuestra lengua actual quedan huellas de los casi dos mil años transcurridos antes de este siglo X.

2. Hasta la llegada del latín: las lenguas primitivas

Cuando los romanos llegan en el 218 a. C., al Norte de la Península Ibérica se hablaba lo que hoy es el euskera, por tanto esta lengua no procede del latín.

En Andalucía estaban los tartesios y en Levante se hallaban los iberos. En esta zona, en diversos tiempos, dejaron sus huellas los etruscos, de origen italiano; los fenicios (Gádir, Cádiz); los cartagineses (Cartago Nova, Cartagena); los griegos, que denominaron Iberia a nuestra Península, (Lucentum, Alicante).

En el Centro y el Noroeste de la Península encontramos la presencia lingüística de: los ligures, pueblo de la costa mediterránea francoitaliana, (Toledo); los celtas, que llegan desde el sur de Alemania hacia el s. VII a. C. y ocupan las regiones altas del centro hasta Galicia y sur de Portugal (Segovia); los celtíberos en el Centro y Bajo Aragón, donde se mezcla el habla de los dos pueblos.

Todas estas lenguas dejarán su marca en el castellano y en el resto de las lenguas constitucionales.

3. La lengua latina

Mientras los romanos van conquistando la Península Ibérica (terminan el año 19 a. C.), el latín, lengua del tronco indoeuropeo, se va extendiendo por todo el territorio creando una unidad lingüística que nunca había existido. Para su expansión recibe la ayuda del cristianismo, que la toma como vehículo de evangelización.

El latín del habla coloquial se denomina vulgar, para distinguirlo del utilizado en las grandes creaciones literarias romanas. De este latín vulgar van a surgir en toda Europa las lenguas romances a partir del siglo VIII: aragonés, leonés, castellano, gallego, portugués, catalán, provenzal, francés, italiano, sardo, romanche, rumano y dálmata.

4. La lengua de los pueblos germánicos

Las tribus germánicas (vándalos, suevos, alanos y visigodos) invaden la Península en el año 409, unos años antes de iniciarse la Edad Media. Después de luchar contra romanos e hispanos ponen su capital en Toledo. Poco a poco van dejando su lengua y adoptan el latín. Nos queda también su herencia lingüística: los germanismos (Álvaro, Fernando, Alfonso, guerra, falda).

5. La lengua árabe

Una nueva invasión de la Península, venida de África, se inicia en el año 711. En una década dominan la Península y el sur de Francia. Con ella la lengua árabe entra en España y va a durar hasta el siglo XV. Esta nueva cultura va a devolver a España y, a través de ésta, a Europa, la cultura grecolatina, abandonada por los visigodos, en campos tan importantes como la medicina, las matemáticas, la filosofía, la botánica y la astronomía. Después del latín, el árabe es la lengua que más palabras aporta a nuestras lenguas romances: sustitución de los números latinos (I, II, III, etc.) por las cifras arábigas (1, 2, 3, etc), alcohol, álgebra, cero, La Mancha, Alcalá, Guadalquivir, alcalde, alférez, azucenas, ajedrez, albañil, alubia, aceituna, almacén.

6. El castellano primitivo

A. Las lenguas romances españolas

La llegada de los pueblos germánicos a la Península Ibérica produjo la pérdida de unidad del latín y la aparición de variantes del mismo en distintas zonas geográficas. Aparecen las lenguas románicas o romances españolas, lejos de los territorios donde el dominio árabe era más fuerte: gallego, leonés, asturiano, castellano, navarro-aragonés y catalán. En la zona árabe los cristianos, y también muchos árabes y judíos, hablan el mozárabe, un latín evolucionado con muchos términos árabes. En esta lengua romance se escriben las jarchas: pequeños textos de amor, de dos, tres o cuatro versos, puestos al final de unos poemas de los escritores árabes y hebreos denominados moaxajas. Las primeras jarchas son del s. XI.

B. Siglos X al XIV. Origen del castellano

Surge en Cantabria, en unos condados dependientes del reino de León, en contacto con el navarro-aragonés y la lengua de los vascones.

a. Los primeros textos

Son del siglo X y se hallan en unos documentos denominados Glosas Silenses (Monasterio de Silos, Burgos) y Glosas Emilianenses (Monasterio de San Millán de la Cogolla, La Rioja). Las glosas son anotaciones, realizadas por un monje sobre ciertas palabras latinas para aclarar su significado. Las Glosas Emilianenses, según Alarcos Llorach, fueron "escritas en una zona que no pertenecía al condado de Castilla, sino situada en los confines occidentales del reino de Navarra", es decir, en la Rioja; por eso su lengua es, en su mayoría, la del dialecto riojano. En esta misma zona, dos siglos más tarde aparecerá Gonzalo de Berceo, primer autor de nombre conocido.

En el siglo XII existen otros textos del primitivo castellano: Poema de Mío Cid y Auto de los Reyes Magos. Estas dos obras nos muestran elementos romances de la zona de Medinaceli y Toledo respectivamente. En estos años no hay una norma que dé uniformidad a la lengua.

En el siglo XIII Alfonso X el Sabio, creador de la prosa romance, utiliza, según Lapesa, el lenguaje de Burgos, Toledo y León; el habla de Toledo, sobre todo, "sirvió de modelo en la nivelación lingüística del reino", cuyas características son:

  • mantiene la e en muchas palabras: monte por mont
  • utiliza te por t
  • la frase se alarga y se hace flexible, aunque haya una excesiva repetición de que
  • uso de un nuevo vocabulario aplicado a las ciencias y a la historia antigua para lo cual utiliza derivados (ladeza, anchura, de lado, ancho), palabras nuevas ("dicen en latín tribus por linage") y tecnicismos (septentrión).

Con ello el lenguaje quedaba listo para exponer lo que se quisiera, como lo demostró el propio rey con la variedad de temas abordados en sus obras: leyes, historia, astronomía, mineralogía, astrología, ajedrez.

Toda esta labor se realizaba en la Escuela de Traductores de Toledo, que había fundado en el siglo XII el obispo don Raimundo.

En el siglo XIV Don Juan Manuel continúa la obra de Alfonso X y cuida no sólo el lenguaje, sino también la corrección y transmisión de sus escritos. En el extremo opuesto, Juan Ruiz utiliza un lenguaje vitalista con modismos y refranes; su Libro de Buen Amor queda en manos del pueblo para lo que disponga.

C. Siglos del XV al XVII. Expansión del castellano
a. Siglo XV

Por toda Europa se extiende el Humanismo que fija el latín como modelo a imitar, teniendo muchos seguidores entre los autores. Esta corriente considera a las lenguas romances como de inferior categoría y se propone hacer un castellano a imagen y semejanza del latín, justo lo contrario que había intentado Alfonso X. Dentro de esta tendencia se encuentran Juan de Mena (1411-1456) y el Marqués de Santillana (1398-1458). Utilizan en sus obras recursos latinos como el hipérbaton e introducen una invasión de cultismos que el castellano no es capaz de asimilar. El poeta Jorge Manrique (1440-1479) representa un descenso en la tendencia latinizante.

Paralelamente a esta tendencia culta, la lengua romance continúa su marcha imparable en el habla coloquial y en la literatura. Los poemas épicos y líricos del Romancero recogen esa veta popular del lenguaje, elevada ya a niveles de gran perfección formal.

Una obra de finales de siglo, La Celestina, de Fernando de Rojas, recogerá y fundirá los elementos cultos y populares de las dos tendencias.

En la época de los Reyes Católicos (1474-1517) el castellano domina sobre las demás lenguas peninsulares. El leonés y el aragonés quedan reducidos a su condición de lenguas rurales y familiares. Además, se establece como lengua literaria en Cataluña, Valencia, incluso en autores portugueses. Llega a Canarias entre 1478 y 1483, y a Hispanoamérica a partir de 1492. Tras la conquista de Granada (1492), los Reyes Católicos expulsan a los judíos: unos 170.000 salen de España hacia África y Europa, llevando con ellos el castellano que pasará a denominarse judeo-español o sefardí.

En 1492 Elio Antonio de Nebrija, gran humanista español, publica su Gramática Castellana, la primera de las lenguas románicas, a las que servirá de modelo. Pretendía definir, codificar y preservar la estructura del castellano de cara al futuro. Además escribe un Diccionario hispano-latino y una Ortografía. La difusión de sus obras se ve favorecida por el descubrimiento de la imprenta a mediados del siglo XV.

En esta época el castellano ha perdido muchos de sus rasgos medievales y, como dice Rafael Lapesa, "la unidad lingüística del centro de la Península estaba casi consumada", siendo el habla toledana "el modelo de buena dicción", frente al terreno perdido por el leonés y el aragonés.

Características fonéticas de la lengua:

  • pérdida de la f inicial latina sustituida por la h aspirada, que en Castilla la Vieja ya no se pronuncia: farina por harina.
  • la t final se convierte en d: bondat por bondad.
  • cambian algunas formas verbales: amades por amáis, sodes por sois.
  • vacilación en las vocales: sobir/subir.
  • confusión de b/v
  • las sonoras z, -s- se hacen sordas: ç, -ss-.
  • las sonoras g, j se ensordecen en x
  • en Sevilla se inicia el seseo y ceceo: diesmo (diezmo), Andrez (Andrés).
b. Siglos XVI y XVII

Durante los siglos XVI y XVII el latín sigue siendo la lengua usada en las universidades y, aunque en cada nación se afirma el propio idioma, se le sigue considerando como modelo. La lengua romance será más perfecta cuanto más se acerque al latín.

La Iglesia, que en un principio apoya al romance, prohíbe, a partir del Concilio de Trento, la lectura de los libros sagrados traducidos. Pero los escritores, Fray Luis de León y sus contemporáneos, escriben en romance, que es lo que habla el pueblo.

El poder político y económico conseguido por España trae como consecuencia un desarrollo cultural cuyo vehículo será el castellano, que se denominará español. Su prestigio aumenta en España y en Europa, convirtiéndose en la lengua de las cancillerías diplomáticas. El español se estudia en Europa y se publican gramáticas y diccionarios, sobre todo en el siglo XVII, gracias a la facilidad dada por la imprenta.

Siglo XVI

En el siglo XVI, frente al estilo del siglo anterior plagado de latinismos en palabras y oraciones, se busca una expresión simplificada usando un pensamiento culto con un lenguaje coloquial. Es la época del Renacimiento en la que se logra el equilibrio entre la forma y el fondo, resumida por Juan de Valdés en "escribo como hablo".

Ésta será la forma de expresión utilizada por Garcilaso de la Vega, Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes y el dramaturgo Lope de Rueda. Será el lenguaje de la gran novela picaresca, Vida de Lazarillo de Tormes, pero no el de la novela de caballerías que sigue usando artificios.

El poeta Fernando de Herrera rompe esta línea y vuelve a un estilo lleno de artificios, antecedente de lo que será el Barroco.

Siglo XVII

El nuevo estilo del Barroco vuelve por los caminos de una forma que usa todos los artificios retóricos. Los textos se vuelven difíciles, aunque en esta época el lenguaje, en manos de grandes creadores, llega a su cumbre más alta. Digamos que el lenguaje es el gran protagonista del siglo XVII aplicando todo tipo de recursos: metáforas, alegorías, juegos de palabras, antítesis, etc. Así surgieron las grandes obras de la literatura.

Los autores se vieron obligados a seguir este camino por la situación sociopolítica de España, aunque no todos escribieron de la misma manera. Así Miguel de Cervantes y Lope de Vega estuvieron, en muchas ocasiones, más cerca de la lengua coloquial; en cambio, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Pedro Calderón de la Barca, Tirso de Molina y Baltasar Gracián, llevaron sus estilos por la complicación formal, típica del Barroco.

Fijación del idioma. Rasgos principales.

En estos siglos comienza a fijarse el sistema actual de fonemas. El modelo toledano de pronunciación pierde fuerza frente al de Castilla la Vieja, que acaba imponiéndose.

Así resume Lázaro Carreter las características principales:

Fonemas medievales      Fonema que prevalece
s sorda s (sorda)
ss sonora
z sonora ç, en el siglo XVI (pronunciada como ts); a lo largo del XVII se irá haciendo interdental (como es hoy); los testimonios indudables de esta transformación son del siglo XVIII.
ç sorda
g, j sonora g, j (sorda), a principios del XVII (como es hoy)
x sorda
-b- oclusiva -b- (fricativa), en el siglo XVI (como es hoy)
-v- fricativa
h- aspirada deja de pronunciarse en el siglo XVI.

Al léxico español se incorporan galicismos (ocre, corcel, barricada, bayeta, brocha), italianismos (aguantar, capricho, novela, campeón, escopeta), lusismos (mermelada, caramelo, bandeja, mejillón, carambola), por el contacto que hay con estos países, y también palabras de las lenguas indígenas americanas (patata, chocolate, tiburón, huracán, Jauja).

Se escriben tratados sobre la lengua: Diálogo de la lengua, de Juan de Valdés (h. 1536); Arte grande de la lengua española castellana, de Gonzalo de Correas (1625); El tesoro de la lengua castellana o española, (1611) de Sebastián de Covarrubias.

D. Siglos XVIII - XX. El español moderno y contemporáneo.
a. Siglo XVIII

Se desarrolla en las universidades un movimiento favorable al uso del castellano encabezado por Feijoo y al que apoyan importantes figuras como Jovellanos.

En 1713 se crea la Real Academia Española por orden de Felipe V. Su intención es velar por la pureza del idioma. Su lema es : "Limpia, fija y da esplendor". Uno de sus primeros trabajos fue la publicación del llamado Diccionario de Autoridades ( 1726-1737). Este mismo diccionario, sin textos de autores, se publicó en 1780 como Diccionario de la lengua española, del cual se han hecho 22 ediciones. La última en el 2001, caracterizada por la utilización de herramientas informáticas.

En 1741 se publica la Ortografía que tiene cinco ediciones durante el siglo XVIII y sigue publicándose en el XIX. Se unifican las normas ortográficas:

  • supresión de la ss.
  • sustitución de ph, philosofía, y th, theatro, por f y por t
  • empleo de x para representar el sonido gs, examen; deja de ser equivalente de j, México y paxe.
  • desaparición de ç e imposición de las grafías za, ce, ci, zo, zu.
  • empleo de y para el sonido consonántico.
  • grafías cua, cue, cui en lugar de qua, que, qui.
  • sustitución de ch por c o qu, Christo por Cristo.
  • se conserva la h muda.
  • permanecen las coincidencias fonéticas entre b/v, c/z, j/g, y/i.

La última edición se ha publicado en 1999 como Ortografía de la lengua española con la colaboración, por primera vez, de todas las Academias americanas.

En 1771 publica una Gramática de la lengua española y en 1780, con una disposición de Carlos III, se obliga a enseñar dicha gramática en todas las escuelas del reino. La última edición es de 1994.

Debido a la presencia de los Borbones en el trono de España se produce una invasión de la cultura francesa que tiene su repercusión en la lengua. También la fuerza de la Ilustración dejó sus huellas en términos filosóficos, científicos. Ambas causas provocaron una invasión exagerada de galicismos en el español contra los que luchó la Academia y algunos autores. Esta reacción purista a favor del idioma quería evitar exageraciones como la de utilizar golpe de ojo, del francés coup d'oeil, por mirada.

b. Siglo XIX

El idioma sigue abierto a las innovaciones léxicas, aunque lo principal va a ser la adaptación de la lengua a un mundo en el que surgen nuevas ideologías y nuevas formas de vida: costumbres, desarrollo de la ciencia, luchas políticas, comunicaciones, periodismo, movimientos literarios, nacionalismos. Todo este mundo abigarrado no cabía en el lenguaje demasiado normativo del siglo anterior. Así la lengua se va liberando de la imitación de los modelos clásicos y de las ataduras académicas hacia una mayor variedad y flexibilidad.

Desde el terreno de las ideologías y la política llega una oratoria y un periodismo encendido adaptado a la nueva situación. Frente a ellos encontramos una mirada al pasado en la novela histórica y en el casticismo que tienen la batalla perdida. Desde el campo de la ciencia se produce, lejos del consejo de los neoclásicos de buscar el término usado por los clásicos, una invasión de cultismos y tecnicismos para designar la nueva realidad del progreso. Continúa la invasión de galicismos y el comienzo de los anglicismos, frente al descenso de los italianismos.

Los movimientos literarios, romanticismo y realismo, contribuirán de manera definitiva a la creación de lo que es nuestra lengua actual.

En este siglo se logra superar una de las peores pruebas por las que tuvo que atravesar el español, la independencia de los países hispanoamericanos. El peligro para conservar la unidad de la lengua se superó con la creación de Academias en ellos. La primera fue la Academia Colombiana en 1871, a la que siguieron la Mejicana, la Salvadoreña, la Venezolana. En España, destaca la preocupación por la lengua de Marcelino Menéndez y Pelayo.

c. Siglo XX

Continúa el trabajo para defender la unidad de la lengua con la creación de Academias en todos los países hispanoamericanos. La Academia Filipina aseguró la estabilidad lingüística en la zona de Extremo Oriente.

Por otra parte, la presencia de toda una pléyade de grandes escritores, a ambos lados del Atlántico, ha enriquecido mucho la lengua de Cervantes. El Modernismo, iniciado en los últimos años del siglo XIX, aportó ritmos y léxico brillantes. El Grupo del 98 descubrió el sentido profundo de viejas palabras y variados mundos plasmados en sus novelas, dramas, poemarios y ensayos. Precisamente Castilla será uno de los conceptos sobre el que vuelven una y otra vez, de la mano de uno de los investigadores más insignes del origen del castellano y del resto de los dialectos del latín, Ramón Menéndez Pidal. Sus teorías castellanistas, en estos inicios del siglo XXI, están demandando una revisión sistemática.

Serán discípulos suyos (Dámaso Alonso, Gili Gaya, Rafael Lapesa), los que continuarán a lo largo del siglo el estudio de la lengua en profundidad. Junto a ellos, nuevos investigadores estudian, en cátedras y publicaciones, nuestra lengua a la luz de todas las nuevas corrientes lingüísticas. Éstas son las que siguen fundamentalmente los autores de nuestros libros de texto.

En la configuración del castellano actual intervienen nuevos factores, tales como la extensión de la cultura general y la enseñanza a las clases más desfavorecidas, el aumento de la producción editorial y periodística, la presencia masiva de la radio, la televisión y los ordenadores. Todo esto ejerce una acción niveladora y unificadora de la lengua en todo el ámbito hispanohablante.

Otros factores a tener en cuenta es la penetración masiva de neologismos científicos, técnicos, deportivos, del inglés y del francés. La invasión de términos informáticos supone un reto para el trabajo de las Academias, que no pueden actuar con la suficiente rapidez para acoger tantas palabras. La última edición (22ª) del Diccionario de la Real Academia supone un esfuerzo al incorporar los términos más frecuentes del mundo informático.

Se continúa la tendencia de adaptar lo más posible la fonética a la pronunciación. En este sentido van encaminadas las normas de la Academia de 1952 y 1959:

  • supresión de la tilde: á por a, monosílabos (fuí por fui). 
  • utilización libre de s por ps: sicología.
  • utilización libre de t por pt: setiembre.
  • s por sb: sustancia.
  • utilización libre de la tilde en los pronombres demostrativos cuando no hay ambigüedad.
  • se suprimen los dígrafos ch y ll como letras independientes en el diccionario (en la última edición de la Ortografía de la Real Academia).

Hoy, la situación de las lenguas en España ofrece una panorámica totalmente nueva. La Constitución de 1978 creó las bases para pasar de la diglosia al bilingüismo.

Por otra parte, los hablantes del castellano, o español por antonomasia, tienen conciencia de que su lengua va más allá de sus fronteras y llega hasta Hispanoamérica. Conciencia de una lengua presente, cada vez con más fuerza, en los organismos internacionales. Conciencia de la obligación de cuidar y alejar de los vulgarismos la lengua romance más hablada en el mundo.

 

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Última actualización: 2004-03-05