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Al utilizar tanto las unidades
didácticas elaboradas con Descartes como cualquier otro recurso didáctico, es
imprescindible que se haga en el marco de una integración curricular adecuada, es decir,
su utilización debe formar parte de la práctica docente habitual y no ser una mera
actuación aislada. Para ello es muy importante la planificación y programación previa y
que siempre responda a unos objetivos claros, determinados con anterioridad y relacionados
de forma sistemática con los contenidos que se tratan en el aula de forma ordinaria.
Parece razonable pensar que los materiales y
recursos que diseña un docente puedan servir para el resto de profesionales. De igual
forma, también es lógico pensar que todo material necesita una correcta adaptación a
las particularidades específicas, tanto del profesor, como del grupo de alumnos
con los que se pretende trabajar. Estas adaptaciones afectan, en parte, a los contenidos
que se trabajan, al diseño y estructura del material, a los ejercicios propuestos y, en
general, a la coherencia entre los objetivos marcados en la unidad y los planteados en la
programación del aula. Aunque en menor medida, también nos hemos de fijar en la
presentación, las dificultades de utilización, la redacción de las instrucciones y la
estética general. |