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5.3. El montaje radiofónico y sus técnicas

Cualquier emisión es válida para darnos cuenta de que los distintos componentes del lenguaje radiofónico que la conforman (voz; voz y música; voz, música y efectos, etcétera) se van sucediendo de manera ordenada. Así, por ejemplo, si pensamos en una radiofórmula tipo 40 Principales es fácil observar que mientras el locutor presenta en Primer Plano un tema, la música suena en un plano inferior (Segundo Plano), para pasar ésta última a Primer Plano una vez ha concluido dicha presentación. Lo mismo sucede en un programa informativo. Date cuenta que durante un sumario que recoge las noticias más destacadas de la jornada, aparece habitualmente una música en Segundo Plano mientras los locutores hablan en Primer Plano . En los dos casos que hemos ejemplificado se da una superposición de materias primas (voz y música), pero el orden al que antes aludíamos también está presente cuando los elementos se van sucediendo en el mismo plano, es decir, sin que haya superposición, sino uno detrás de otro.

Esta armonía es fruto del montaje radiofónico, al que el profesor Mariano Cebrían, de la Universidad Complutense de Madrid, se refiere como "la disposición y combinación de dos o más sonidos radiofónicos o planos sonoros simultáneos y/o continuos conforme a un tiempo, espacio y ritmo en los que cada uno adquiere su valor por la relación que establece con los anteriores, posteriores o con ambos".

Sin embargo, ésta es sólo una primera aproximación al montaje, ya que, gracias a sus diferentes técnicas, a las que luego nos referiremos, las posibilidades que se nos presentan son prácticamente infinitas. Como bien advierte el profesor Balsebre, "la producción y reproducción sonora de la radio es, antes que nada, un proceso técnico, en virtud de las características tecnológicas que definen el acto radiofónico. Este proceso técnico implica la manipulación electrónica y mecánica de los fragmentos de la realidad sonora: se pueden cortar y mutilar los segmentos de la realidad previamente grabados por el material reproductor del sonido; se pueden alterar las cualidades y naturaleza de la fuente sonora, por variación de los micrófonos, ecualización, velocidad de disco/cinta, etc., resultando un sonido distintos del que habíamos percibido en un principio; en resumen, operaciones de montaje técnico y trucaje sonoro que ponen la tecnología radiofónica al servicio de la creatividad y la intención comunicativo-expresiva del autor del mensaje radiofónico".

5.3.1 Montando sobre dos ejes
La arquitectura de un determinado montaje radiofónico se fundamenta, con independencia de que éste sea más o menos complejo, en torno a dos ejes: el eje de la simultaneidad y el eje de la sucesión. Veámoslos:

Eje de la simultaneidad: La radio, por sus características técnicas y su capacidad de poder generar perspectivas y espacios mediante la combinación de distintos planos, permite presentar dos o más hechos al unísono. Este eje posibilita la superposición de las distintas materias primas que conforman el lenguaje radiofónico.

Eje de la sucesión: Permite la unión, mediante enlaces imperceptibles, de materias primas que se van sucediendo en el tiempo de manera yuxtapuesta, es decir, unas detrás de otras.

Es muy importante tener en cuenta que en ambos casos, tanto si dos o más sonidos coinciden en el tiempo como si aparecen uno tras otro, debe existir lo que en los medios audiovisuales se denomina raccord. En radio, el raccord hace referencia a todos aquellos aspectos que facilitan la continuidad, la unión, el enlace, entre dos o más elementos sonoros, ya suenen por superposición, ya suenen por yuxtaposición. Así, cuando hablamos de raccord entre voz y música, estamos aludiendo a esos aspectos que hacen que ambas materias guarden relación. Más adelante incidiremos sobre esta cuestión.

El concepto de raccord, un vocablo de origen francés, procede del mundo del cine. En este ámbito, y también en el de la televisión, raccord se refiere a cualquier elemento de continuidad entre dos o más planos visuales. Cuando esta continuidad se rompe (que no es extraño), se habla entonces de ruptura de raccord. En este sentido, seguro que alguna vez te habrás percatado de que algo ha fallado en una película: una puerta que se abría hacía la derecha en una secuencia luego lo hace hacia la izquierda; un actor que entra en un restaurante con una americana gris luego sale del mismo con una americana azul, etcétera.