Cualquier emisión es válida para darnos cuenta de que los distintos componentes del lenguaje radiofónico que la conforman (voz; voz y música; voz, música y efectos, etcétera) se van sucediendo de manera ordenada. Así, por ejemplo, si pensamos en una radiofórmula tipo 40 Principales es fácil observar que mientras el locutor presenta en Primer Plano un tema, la música suena en un plano inferior (Segundo Plano), para pasar ésta última a Primer Plano una vez ha concluido dicha presentación. Lo mismo sucede en un programa informativo. Date cuenta que durante un sumario que recoge las noticias más destacadas de la jornada, aparece habitualmente una música en Segundo Plano mientras los locutores hablan en Primer Plano . En los dos casos que hemos ejemplificado se da una superposición de materias primas (voz y música), pero el orden al que antes aludíamos también está presente cuando los elementos se van sucediendo en el mismo plano, es decir, sin que haya superposición, sino uno detrás de otro.
Esta armonía es fruto del montaje radiofónico, al que el
profesor Mariano Cebrían, de la Universidad Complutense de Madrid,
se refiere como "la disposición y combinación de dos
o más sonidos radiofónicos o planos sonoros simultáneos
y/o continuos conforme a un tiempo, espacio y ritmo en los que cada uno
adquiere su valor por la relación que establece con los anteriores,
posteriores o con ambos".
Sin embargo, ésta es sólo una primera aproximación
al montaje, ya que, gracias a sus diferentes técnicas, a las que
luego nos referiremos, las posibilidades que se nos presentan son prácticamente
infinitas. Como bien advierte el profesor Balsebre, "la producción
y reproducción sonora de la radio es, antes que nada, un proceso
técnico, en virtud de las características tecnológicas
que definen el acto radiofónico. Este proceso técnico implica
la manipulación electrónica y mecánica de los fragmentos
de la realidad sonora: se pueden cortar y mutilar los segmentos de la
realidad previamente grabados por el material reproductor del sonido;
se pueden alterar las cualidades y naturaleza de la fuente sonora, por
variación de los micrófonos, ecualización, velocidad
de disco/cinta, etc., resultando un sonido distintos del que habíamos
percibido en un principio; en resumen, operaciones de montaje técnico
y trucaje sonoro que ponen la tecnología radiofónica al
servicio de la creatividad y la intención comunicativo-expresiva
del autor del mensaje radiofónico".
5.3.1 Montando
sobre dos ejes
La arquitectura de un determinado montaje radiofónico se fundamenta,
con independencia de que éste sea más o menos complejo,
en torno a dos ejes: el eje de la simultaneidad y el eje de la sucesión.
Veámoslos:
Eje de la simultaneidad: La radio, por sus características técnicas y su capacidad de poder generar perspectivas y espacios mediante la combinación de distintos planos, permite presentar dos o más hechos al unísono. Este eje posibilita la superposición de las distintas materias primas que conforman el lenguaje radiofónico.
Eje de la sucesión: Permite la unión, mediante enlaces imperceptibles, de materias primas que se van sucediendo en el tiempo de manera yuxtapuesta, es decir, unas detrás de otras.
Es muy importante tener en cuenta que en ambos casos, tanto si dos o más sonidos coinciden en el tiempo como si aparecen uno tras otro, debe existir lo que en los medios audiovisuales se denomina raccord. En radio, el raccord hace referencia a todos aquellos aspectos que facilitan la continuidad, la unión, el enlace, entre dos o más elementos sonoros, ya suenen por superposición, ya suenen por yuxtaposición. Así, cuando hablamos de raccord entre voz y música, estamos aludiendo a esos aspectos que hacen que ambas materias guarden relación. Más adelante incidiremos sobre esta cuestión.
El concepto de raccord, un vocablo de origen francés, procede del mundo del cine. En este ámbito, y también en el de la televisión, raccord se refiere a cualquier elemento de continuidad entre dos o más planos visuales. Cuando esta continuidad se rompe (que no es extraño), se habla entonces de ruptura de raccord. En este sentido, seguro que alguna vez te habrás percatado de que algo ha fallado en una película: una puerta que se abría hacía la derecha en una secuencia luego lo hace hacia la izquierda; un actor que entra en un restaurante con una americana gris luego sale del mismo con una americana azul, etcétera.
5.3.2 El montaje
músico-verbal
Como bien puedes suponer, el montaje músico-verbal aparece en la
radio cuando se combinan esas dos materias primas que imperan en la programación
actual, es decir, la voz y la música. En este tipo de montaje,
el raccord cobra una especial importancia, ya que, partiendo de
lo que antes apuntábamos, es un elemento vital en la locución
con música, en tanto que facilita la conexión música/voz.
Como apuntan los profesores Amparo Huertas y Juan José Perona en su libro Redacción y locución en medios audiovisuales: la radio, el montaje músico-verbal no afecta a una tipología de programas, sino que puede presentarse en la recreación de una secuencia de ficción, en el desarrollo de un anuncio publicitario, en la presentación de un disco como espacio de un Magazine informativo matinal, en el sumario de un noticiario, etcétera. Por eso, en función de la tarea encomendada, al afrontar un montaje músico-verbal el locutor puede hacer uso de uno o de varios raccord sonoros a la vez, teniendo en cuenta la siguiente tipología:
Raccord de contenido o temático: Aparece cuando el enlace músca/voz se produce porque el significado de las palabras del locutor y el significado de la música coinciden en el mismo tema o asunto. Así, por ejemplo, existiría raccord de contenido cuando el radiofonista habla de la paz entre los hombres mientras en segundo plano suena la versión rockera del Himno a la Alegría que editó hace ya algunos años el cantante español Miguel Ríos .
Raccord de repetición: La continuidad entre música y voz viene dada por la reiteración textual de algún fragmento del tema que estemos escuchando o vayamos a escuchar. Este es un recurso muy utilizado por los locutores de las radiofórmulas musicales .
Raccord de intensidad: Consiste en adecuar el volumen de la voz a la intensidad de la música. En un montaje con una pieza clásica, en la que las variaciones de intensidad son abundantes, es fundamental hacer un buen uso de este raccord, como también lo es, por ejemplo, en la retransmisión en directo de un concierto.
Raccord tonal: Aparece cuando el locutor manipula el tono de su voz con el fin de adaptarlo a los tonos que predominan en la composición musical con la que se elabore el montaje. Esta adaptación neutraliza posibles incongruencias sonoras, como sucedería, por ejemplo, en el caso de que el radiofonista se expresara con un tono agudo sobre una melodía tenebrosa en la que imperasen los graves.
Raccord ritmico: Muy utilizado también en los montajes músico-verbales que aparecen en las radiofórmulas musicales, este raccord se da cuando el locutor adecua el ritmo de su discurso verbal al ritmo que presenta la melodía que acompaña su voz. Escucha lo poco afortunada que resulta la presentación de un tema trepidante con una locución pausada y cómo cambian las cosas cuando se hace un buen uso del raccord rítmico.
5.3.3 El recurso
de la cuadratura. ¿Cómo conseguir un buen montaje músico-verbal?
En el argot radiofónico utilizamos el término cuadratura
para referirnos a lo que podríamos denominar como la figura ideal
del montaje músico-verbal. En radio se cuadran los discos,
pero también las caretas de entrada y salida, las cuñas
publicitarias, etcétera.
La cuadratura consiste en combinar armónicamente la presencia y la ausencia de la voz del radiofonista sobre la música. Siempre en función de la música, el locutor inicia su discurso, lo interrumpe, lo retoma o lo finaliza en lugares que se han fijado previamente y que vienen determinados por la propia música. Lo normal es que estos lugares coincidan con un cambio de ritmo muy pronunciado, o con la aparición de la voz del cantante, o de un instrumento nuevo. En cualquier caso, es necesario respetar los compases y las frases musicales, y no pisarlos con la locución.
Para que te hagas una idea mucho más clara de lo que es una cuadratura, escucha atentamente estos dos ejemplos que te mostramos. Tu oído percibirá con total claridad la abismal diferencia que existe entre el primero (sin cuadratura) y el segundo (haciendo uso del recurso de la cuadratura) .
5.3.4. Técnicas
de montaje: las figuras
Con independencia de la cuadratura, que sólo afecta al montaje
músico-verbal, en el terreno de la realización radiofónica
existen otras figuras que nos van a ser muy útiles para, desde
un punto de vista estético, evitar brusquedades y enlazar armónicamente
dos o más sonidos. Desde una perspectiva semántica, estas
otras figuras, de las que ahora hablaremos, aportan también significado,
en tanto que nos van a servir para narrar radiofónicamente traslaciones
temporales y espaciales, historias que suceden al mismo tiempo en distintos
lugares, etc.
Veamos cuáles son esas figuras del montaje.
Fade In: Se llama así a la aparición progresiva del sonido que, partiendo del punto 0, acaba situándose en Primer Plano.
Gráficamente, el Fade In podría representarse de esta forma:
Fade Out: Es la figura contraria al Fade In. Consiste en la desaparición progresiva del sonido desde Primer Plano hasta llegar al punto 0.
Resuelve: Representa, al igual que el Fade Out, una forma de desaparición del sonido. Sin embargo, a diferencia del anterior, la voz, la música, el efecto, o todo lo que esté sonando a la vez, desciende de golpe al nivel 0, nunca de manera progresiva.
Fundido Encadenado: Esta es una figura del montaje radiofónico que se da cuando, al unísono, lo que está sonando en Primer Plano desciende progresivamente hasta el punto 0, al tiempo que otro u otros sonidos emerge/n desde 0 hasta situarse en Primer Plano.
Es muy importante observar que, en un momento determinado, los sonidos se cruzan.
Fundido: Aunque tiene ciertas similitudes con el Fundido Encadenado, cuando se ejecuta un Fundido no se cruzan los sonidos, sino que en el momento en que uno está a punto de desaparecer emerge el otro, produciéndose un breve silencio. Gráficamente observarás con claridad la diferencia, pero todavía la percibirás mejor cuando escuches el Fundido que hemos preparado.
Encadenado: Como su propio nombre indica, consiste en encadenar (uno tras otro) los sonidos, pero siempre en el mismo plano.
5.3.5 Advertencias
sobre las figuras del montaje
Lo normal es que todas y cada una de estas figuras se generen desde la
mesa de mezclas, aunque, en ocasiones, también pueden ser producidas
en el propio estudio de radio. Piensa, por ejemplo, en un Fundido Encadenado
entre las voces de dos radiofonistas. En este caso, bastaría con
que el locutor que está hablando en Primer Plano fuera alejándose
progresivamente del micrófono, mientras, al mismo tiempo, el segundo
hiciera justamente lo contrario, es decir, acercarse progresivamente hasta
situarse en Primer Plano. De la misma forma, también se pueden
recrear las figuras del Fade In y del Fade Out. Te invitamos
a que escuches este Fundido Encadenado, el cual ha sido grabado en un
estudio de radio sin necesidad de mezclar técnicamente los sonidos
.
Por otra parte, algunas figuras pueden ser combinadas, lo que enriquece las posibilidades que ofrece el montaje radiofónico. Nada impide, por ejemplo, ejecutar un Fade Out seguido de un Fade In, algo que sería muy parecido al Fundido pero con la particularidad de que en este caso el sonido que desaparece llegaría hasta el punto 0, mientras que el que emerge lo haría también desde ese mismo punto.
De la misma manera, también perfectamente válido combinar un Resuelve con un Fade In
Por otra parte, es importante que tengas muy en cuenta que para poder ejecutar un Fundido Encadenado o un Fundido debe existir algún sonido en Primer Plano. De lo contrario, será imposible llevarlo a cabo.
5.3.6. Advertencias
sobre la utilización de la música en el montaje radiofónico
En los diferentes manuales sobre producción audiovisual, así
como en aquellos que se centran únicamente en el medio radio, encontrarás
una serie de consejos sobre la utilización de la música.
Las recomendaciones afectan sobre todo al montaje músico-verbal,
aunque, como podrás comprobar, también son útiles
para otro tipo de montajes, especialmente en el terreno de la llamada
ambientación musical.
En primer lugar, conviene que sepas que no es apropiado hacer uso de una música o de una canción demasiado conocida, ya que puede desviar la atención del receptor. No obstante, si nuestra pretensión es otra, como que el oyente asocie con una canción una marca o un producto que se está publicitando, entonces sí estará justificado utilizar un tema conocido (piensa, por ejemplo, en los anuncios de Estrella Damm, Trinaranjus, Coca-Cola, etcétera).
Combinar con la voz una música que tenga demasiados tonos agudos puede enmascarar el discurso verbal e impedir su correcta descodificación.
Utilizar para el montaje músico-verbal una melodía que tenga largos períodos de intensidad muy baja no es aconsejable, ya que el oyente puede tener la impresión de que existen problemas técnicos. Además, si la locución se ejecuta con una intensidad elevada, apenas se percibirá la música.
Los títulos conocidos no sólo pueden desviar la atención del oyente, sino que además denotan un escaso sentido de la creatividad. Es conveniente utilizar músicas que por las sensaciones que despiertan sean adecuadas anímica o imitativamente a aquello que se está describiendo.
Por otra parte, en su libro La ambientación musical, Rafael BeLtrán Moner alerta sobre el abuso de la música de época. Esta música es buena para situar, ubicar en el tiempo, pero no es necesario que, por ejemplo, una escena de terror que se desarrolle en la Viena del siglo XIX la tengamos que ilustrar con un Vals, o que una secuencia que tiene lugar en la época del Barroco tengamos que acompañarla con una melodía de Juan Sebastián Bach.