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5.1.1 Claves para construir una redacción
En tanto que de carácter general, las recomendaciones apuntadas
hasta este momento son válidas para la redacción de cualquier
texto radiofónico. Sin embargo, estarás de acuerdo con nosotros
en que no es lo mismo escribir una noticia que redactar los diálogos
que aparecen en una ficción, como tampoco es igual afrontar la
redacción de una cuña publicitaria que las preguntas que
se le formularán a un entrevistado.
En cualquier caso, y con independencia de los consejos que te hemos dado,
para la elaboración de una redacción que acabe teniendo
sentido semántico global te recomendamos que, antes de ponerte
a escribir, prepares un esquema previo de contenidos en el que
determines qué ideas que van a conformar el texto, y, sobre
todo, en el que hagas constar el orden en el que van a aparecer
(cronológico, de importancia informativa, etcétera) dichas
ideas. Con el fin de facilitarte las cosas, a continuación te explicamos,
a modo de síntesis, cómo se organizan los contenidos según
los modelos narrativos más comunes.
Según el modelo narrativo periodístico
A la hora de informar sobre cualquier acontecimiento de actualidad, es
frecuente, y no por ello menos adecuado, construir una redacción
que contenga los siguientes bloques temáticos:
Los hechos: Es el bloque esencial. Coincide con el aspecto informativo
más reciente y acostumbra a aparecer en primer lugar. Trata estrictamente
lo ocurrido, sin desarrollar valoración alguna ni deduccción.
El hecho se anuncia en la entrada de la noticia y se aclara en párrafos
posteriores.
Los antecedentes: Es el conjunto de ideas que aportan datos sobre
aquellas situaciones, acciones y condiciones previas directamente vinculadas
a los hechos.
El contexto: Bloque de contenidos que informa sobre el entorno
social, físico, etcétera, que rodea directamente los hechos
en el momento en que estos se plantean o suceden.
Las consecuencias: Desenlace directo de los hechos.
Las previsiones: Bloque destinado a prever las consecuencias de
los hechos a corto, medio o largo plazo. Las previsiones se deben basar
en razonamientos lógicos.
Habitualmente, la narración periodística se materializa
en la denominada noticia. En radio la noticia se construye, como
muy bien explica el profesor Emilio Prado en su libro Estructura de la
información radiofónica, elaborando una entrada, un cuerpo
y un cierre. La entrada debe ser impactante y, sobre todo, debe
contener el qué y el quién de la información. El
cuerpo sirve para aportar datos nuevos (antecedentes, contexto,
etc.) y redundar sobre lo más importante del hecho. Por su parte,
el cierre es una síntesis final de lo explicado, una reiteración
de lo más significativo, aunque en él también se
anuncian perspectivas de futuro con el fin de mantener la atención
sobre el hecho narrado.
Según el modelo narrativo dramático
Desde la Grecia clásica, la estructuración de los contenidos
de una narración dramática se ha basado en tres actos o
etapas lógicas: el planteamiento, el nudo y el desenlace.
El planteamiento es el primer bloque de contenidos en el que se
presenta a los personajes, se definen los escenarios en los que éstos
se desenvuelven y se plantean los objetivos que los personajes persiguen.
Este bloque será más amplio y complejo cuantos más
sean los personajes que entren en escena, los objetivos que cada uno de
ellos deba cumplir en la historia y las distintas relaciones que se establezcan.
El nudo es el segundo bloque de contenidos, en el que se introducen
los problemas que impiden que los personajes puedan conseguir sus objetivos.
Dichos problemas van a hacer actuar a los personajes, enfrentarse entre
ellos, cambiar su trayectoria inicial para intentar llegar a su meta por
caminos distintos, etc.
El desenlace es el último bloque de contenidos, en el que
se explica de qué modo los personajes superan los problemas que
han encontrado para conseguir sus objetivos, o bien de qué manera
son los problemas los que consiguen derrotar a los personajes. Es decir,
se cuenta cuál es el final de la historia
Según el modelo narrativo publicitario
A nivel denotativo, las ideas acostumbran a aparecer en tres bloques:
oferta, descripción y argumentación.
La oferta es el bloque de contenidos en el que se explica con precisión
cuál es el producto del que, por ejemplo en una cuña publicitaria,
se estará hablando constantemente.
La descripción es el bloque en el que se aportan las ideas
que informan acerca de las características y la utilidad del producto.
Ten en cuenta que, en publicidad, la descripción no siempre está
presente como información estricta: a menudo se materializa con
el establecimiento de asociaciones puramente connotativas entre el producto
y una actitud vital, una clase social, un estilo de vida, etc.
La argumentación es la parte del texto destinada a proporcionar
razones que sean capaces de convencer de las ventajas de un producto frente
a cualquier otro y de la importancia de poseerlo. Este bloque de contenidos
persigue desencadenar un efecto persuasivo (de compra) y para ello se
suelen utilizar recursos como: promesa de beneficios, pruebas demostrativas,
beneficios accesorios -facilidades de pago, regalos, etc.-.
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