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Inicio > Profesorado > 4º E.S.O. > Tiempos modernos: Teoría > I Estructuras textuales expositivas y argumentativasProfesorado

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Ilustración de fondo
 

Estructuras textuales expositivas y argumentativas

 

 

I. Introducción

Como paso previo al conocimiento de las principales estructuras expositivas y argumentativas, es recomendable revisar los contenidos abordados en las unidades dedicadas a La exposición  y La argumentación.

Distinguiremos entre los siguientes tipos de textos:

  1. Textos expositivos en los medios de comunicación:

    1. Noticia.

    2. Reportaje.

    3. Crónica.

  2. Textos expositivos personales:

    1. Carta de solicitud de empleo.

    2. Currículum vitae.

  3. Textos argumentativos en los medios de comunicación:

    1. Artículo de opinión.

    2. Editorial.

    3. Cartas al director.

  4. Textos argumentativos personales:

    1. Debate.

    2. Instancia.

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II. El reportaje periodístico

Es la reconstrucción minuciosa y verídica de un hecho, para que el lector lo conozca tal como sucedió en realidad. Frecuentemente se acompaña de fotografías que verifican la información que se está ofreciendo. El periodista no puede dar una opinión clara y contundente sobre los acontecimientos, pero sí puede valorarlos y analizarlos hasta cierto punto. Esa frontera a veces no está bien delimitada. Por otro lado, es necesaria una documentación previa por parte del periodista y también desplazarse al lugar, observar y hablar con los interesados...

El reportaje es un género más extenso que la noticia e incluye hechos actuales, pero que ya no son noticia, aunque a menudo lo han sido con anterioridad, y la misión del reportaje consiste en profundizar en ellos:

  1. Explicar las motivaciones de lo sucedido.
  2. Exponer sus consecuencias.
  3. Buscar los antecedentes próximos o remotos...

El reportaje está, por tanto, más alejado de la actualidad, aunque también los hay de urgencia sobre temas muy especiales. Al no estar sometido a la estricta actualidad, el redactor tiene más tiempo para la elaboración, mayor espacio para desarrollar su texto y puede plantearse un tipo de estructura más rica para su relato que suele coincidir con la del cuento puesto que el lector, al conocer ya el hecho, busca otras facetas de la historia. Normalmente consta de los siguientes apartados:

  1. Titular: la imaginación es el mejor ingrediente para el título.

  2. Entradilla o primer párrafo del reportaje, que debe “enganchar” al lector (como en los buenos cuentos) comunicando la información de manera diferente, atractiva y original, pero sin intentar obligatoriamente -como en la noticia- dar lo ensencial de la información:

    1. Combinando piezas de “distinta temperatura”:

      1. Frías: son los datos, los números, las estadísticas...

      2. Calientes: son los personajes, las pequeñas anécdotas...

    2. Acercar la lupa a los protagonistas directos del hecho mediante una técnica pictórica consistente en una descripción plástica y llena de colorido.

    3. Enmarcar geográficamente un hecho antes de entrar en la propia narración de los acontecimientos.

    4. Escuchando las declaraciones de sus protagonistas para implicarnos más en la historia.

    5. Ateniéndose a las cinco preguntas clave: qué, quién, dónde, cuándo, por qué.

    6. Abriendo el párrafo con una pregunta.

    7. Empleando elementos de contraste.

  3. Cuerpo:

    1. El texto necesita un hilo conductor (un argumento, como en los cuentos) que proporcione unidad a los datos, descripciones y declaraciones de los personajes.

    2. El primer párrafo es esencial, pero si queremos que el lector llegue hasta el final, hay que “cuidar el cuerpo” del texto:

      1. Si el texto es muy largo y los temas variados, conviene dividirlo en una estructura casi de capítulos.

      2. No dar toda la información al inicio, sino ofrecerla paulatinamente para crear intriga en el lector.

      3. Al describir el ambiente, conviene acudir a detalles muy precisos porque permiten visualizar mejor y aportan verosimilitud.

    3. El último párrafo es muy importante, ya que es el encargado de dejar en nuestra retina la última impresión sobre la historia.

    4. En el reportaje las fuentes no se citan porque su atribución continua rompería el relato.

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III. La crónica periodística

Es el género de prensa más difícil de todos, ya que pertenece a un ambiguo territorio que se encuentra entre el reportaje, la noticia y la opinión, pues informa y analiza al mismo tiempo. La crónica es, por tanto, una noticia ampliada; además de los hechos, en ella se incluye la interpretación y valoración del cronista:

  1. Analiza los hechos con cierto detalle.

  2. Trata de presentarlos de forma amena y original, como algo vivido.

  3. Busca los aspectos humanos de la cuestión, las anécdotas significativas, los perfiles que atraigan al lector.

Su misión es dar una información especial que no encontraremos en las noticias de agencia o en los comunicados de los gobiernos, e interpretar lo que eso significa para el entorno que analiza. La crónica exige la presencia en directo y, por tanto, el periódico desplaza a un corresponsal para que ofrezca a los lectores la noticia en caliente.

Parte esencial de la crónica es la interpretación de los acontecimientos por parte del periodista, la cual debe estar siempre justificada con hechos y bajo ningún concepto puede expresar una opinión desnuda (pertenecería, entonces, al género de la opinión). Sin embargo, el yo del periodista está muy presente, tiene lectores fieles que se fían de él como testigo directo de los hechos. El periodista, además, posee un estilo propio, una especie de marca que lo distingue y muchas veces actúa como personaje de la historia que cuenta, y entreteje sus vivencias con la información y el análisis de los hechos.

La crónica suele tener que ver con el tiempo: un festival de cine o de teatro requiere un seguimiento periódico; suele ir ilustrada con fotografías y su lenguaje es más elaborado, pudiendo aparecer cultismos y tecnicismos según la temática que aborde.

Se diferencia del reportaje en que éste no admite el comentario y en él predomina el relato escueto de los hechos. En la crónica, en cambio, se juzga lo narrado y no es necesario ofrecer al lector todos los datos sino sólo aquellos que el periodista considera de interés.

Se diferencia del artículo en que éste no ofrece información, sino sólo el comentario de los hechos. La crónica, en cambio, no puede prescindir de los hechos noticiosos.

Su estructura presenta los siguientes apartados:

  1. Antetítulo.

  2. Un título con un contenido claro que transmita credibilidad.

  3. Un lead o introducción que atraiga al lector.

  4. Un cuerpo donde se sintetice el motivo de la crónica y se vayan aportando más datos. Su estructura es más libre que en la noticia.

Por último, la crónica ofrece la siguiente tipología:

  1. Las que tienen como objetivo un lugar: corresponsales y enviados especiales envían sus textos contando lo que ocurre en un determinado lugar:

    1. Crónica nacional: suele recoger acontecimientos de índole política, social o económica.

    2. Crónica local: presenta los acontecimientos ocurridos en una localidad, ya sea un pueblo o una ciudad.

    3. Crónica del extranjero: presenta las noticias enviadas por los corresponsales en el extranjero.

  2. Las crónicas especializadas. Tienen como objetivo un tema: crónica deportiva, taurina, de sucesos, parlamentaria... Informan acerca de un suceso que se desarrolla en el tiempo, y por lo tanto requiere un seguimiento periódico. Están elaboradas por periodistas especializados en materias determinadas porque su redacción requiere una vasta cultura y un amplio vocabulario específico. La diferencia fundamental con respecto a las demás crónicas es que en ella se vierten con frecuencia opiniones desnudas.

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IV. Carta de solicitud de empleo

Una carta de solicitud de empleo correctamente redactada constituye la mejor tarjeta de presentación. Para ello debemos tener presentes las siguientes características:

  1. Claridad. Las ideas deben ser comunicadas con orden.

  2. Corrección. Las oraciones deben estar perfectamente construidas, evitando faltas de ortografía y florituras innecesarias.

  3. Propiedad. Debemos usar las palabras adecuadas con su sentido exacto.

Este tipo de cartas presenta la siguiente estructura:

  1. Encabezamiento:

    1. Lugar y fecha.

    2. Señas de la empresa a la que se destina la carta.

    3. Saludo (generalmente “Muy Sres. míos”).

  2. Cuerpo: motivo de la carta, con la especificación del anuncio de oferta de empleo al que se da respuesta.

  3. Final:

    1. Fórmula de despedida (por ejemplo: “En espera de que acojan favorablemente mi ofrecimiento, les saludo muy atentamente”).

    2. Firma e identificación.

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V. Currículo

En el currículo una persona informa sobre sí misma en cuanto a los conocimientos y actividades que puedan hacerla merecedora de un puesto de trabajo concreto. Como el currículo siempre se complementa con una entrevista personal, no es necesario que el aspirante exponga ideas subjetivas. También resulta conveniente conseguir información sobre las actividades y cultura organizativa de la empresa donde se quiere ingresar, ya que esto permitirá escoger los términos en que se debe redactar el currículo.

El currículo ha de ceñirse a las siguientes características:

  1. Extensión: generalmente de una página o página y media.
  2. Los currículos deben ser siempre originales, no fotocopias.
  3. Requisitos formales y de estilo:

    1. Concisión. Se han de expresar los conceptos con las menos palabras posibles.
    2. Precisión. Los datos deben ser rigurosamente exactos, ciertos y redactados con un criterio actualizado.
    3. Ordenado y organizado.

  4. 4. Estructura:

    1. Datos personales del solicitante.
    2. Preparación académica.
    3. Experiencia profesional.

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VI. El editorial

Es un texto que representa la opinión del periódico sobre un tema determinado por lo que nunca lleva firma. Marca la línea del diario y guía al lector sobre sus tendencias ideológicas. Su misión no consiste en dar noticias, sino en interpretarlas y siempre debe tener la aprobación del director.

  1. Características:

    1. Hay que escribir la introducción sin rodeos ni vacilaciones.

    2. Desarrollar el hecho y sus posibles consecuencias.

    3. Dar un veredicto u ofrecer una solución o una propuesta.

    4. En su redacción el “yo” personal del escritor queda eliminado: el que razona y opina es el periódico en bloque.

    5. Suele seguir el orden lógico de la argumentación.

  2. Estructura:

    1. Título. Presenta, de una forma atractiva, el hecho de actualidad que va a analizar y de modo que incluya la tesis u opinión que le merece el asunto que se analiza.

    2. Introducción o “lead”. Este primer párrafo debe captar la atención del lector, arrastrarlo a la lectura.

    3. Desarrollo. Ésta es la parte esencial donde se exponen los argumentos. El redactor podrá omitir las demás, pero ésta es imprescindible.

    4. Conclusión. El último párrafo, por su transcendencia, debe quedar grabado en quien lo lea emitiendo un fallo, ofreciendo una solución o trazando un rumbo.

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VII. Las cartas al director

Los lectores también colaboran en la prensa, contribuyendo a que se configure la opinión de la colectividad. Para canalizar estas aportaciones espontáneas de los lectores, casi todos los periódicos cuentan con la sección de cartas al director, constituida por cartas que envían los lectores para su publicación.

Dichos textos suponen una bocanada de aire fresco, pues constituyen una vía para oír al ciudadano normal.

Presentan las siguientes características:

  1. Brevedad. No deben superar un folio mecanografiado a doble espacio.

  2. Suelen tratar temas de actualidad que preocupan a los ciudadanos.

  3. Es preferible que aludan a algo que se haya publicado en el mismo periódico con el fin de seguir el hilo de una argumentación.

  4. Se debe emplear un tono cortés y mesurado, evitando la polémica agria.

  5. Estructura clara y estilo sencillo y correcto.

  6. El autor debe incluir su nombre y apellidos, dirección y nº de DNI.

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VIII. La instancia

Es un escrito mediante el cual se dirige una solicitud o petición a una persona de rango superior o bien a un organismo determinado.

  1. Forma de presentación:

    1. Márgenes. El superior ha de ser de 5 a 7 cm.; el derecho, de 1 a 2 cm.; el izquierdo, aproximadamente un tercio del ancho del papel; no se deja margen inferior, pues en él consta el pie del escrito.

    2. Espacios. Se escribe a máquina u ordenador, a uno o dos espacios, según la extensión del escrito, dejando más espacio interlineal entre párrafos.

    3. Letras. Las palabras EXPONE y SOLICITA, el pie, el tratamiento y el nombre y apellidos del solicitante deben escribirse con mayúsculas.

    4. Punto de vista. Deben redactarse siempre en tercera persona.

  2. Estructura:

    1. Encabezamiento. Sólo se mencionan los datos del solicitante: nombre, apellidos, edad, profesión, docimilio, estado civil y número del documento nacional de identidad.

    2. Cuerpo. Consta de:

      1. Exposición. Se inicia con la fórmula EXPONE seguida, en la línea siguiente, del vocablo “Que”, el cual introduce la explicación del motivo en que se fundamenta la petición. Cuando se exponen varios argumentos, éstos deben especificarse en párrafos numerados e independientes, iniciándose cada uno de ellos con la partícula “Que”. Una vez terminada la exposición, se incluye la fórmula “Por ello” o “Por lo que”.

      2. Petición. Se inicia con la palabra SOLICITA y se expresa a continuación aquello que se pide.

    3. Final. Consta de:

      1. Fecha y firma. La fecha se escribe con letras. En la firma deben constar el nombre y los apellidos legibles y la rúbrica del solicitante.

      2. Pie. Se escribe con mayúsculas en la parte inferior del folio. En él se especifica el tratamiento o cargo del destinatario sin abreviar, o bien la entidad u organismo receptor.

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Última actualización: 2004-03-05