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SER Y DEBER-SER
Lo formal en los valores es su deber-ser. La tradicionalmente llamada
conciencia moral, que es nuestro ojo axiológico, percibe con mayor
nitidez ese deber-ser cuando no es. Sentimos indignación, rabia
ante una injusticia, más aún si la sufrimos nosotros. No captamos
un deber ser vacío de contenido, como pensó Kant, sino en una conducta
concreta. Por eso Scheler habló de "intuición material de los
valores".
Esta intuición funda la Axiología como la intuición sensible funda
la Física, la Psicología, la Sociología, o en general el conocimiento
físico. Ni la intuición axiológica se reduce a la intuición sensible,
ni la Axiología se reduce a Ciencia, en el sentido vulgar de esta
palabra.
Más en general, un deber-ser nunca se deduce a partir de un es (Hume).
Por eso hay que rechazar el hedonismo (reduce valor a placer) y
el utilitarismo (reduce valor a ventaja del tipo que sea). Placeres
y ventajas son hechos. De su existencia bruta no cabe deducir nada
axiológicamente significativo.
Ser
Deber-ser es una falacia.
La Axiología se construye a partir de la percepción directa del
deber-ser (Kant) en alguna acción concreta o materia (Scheler).
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