El mundo de la comunicación ha sido uno de los sectores que, a lo largo del siglo XX, más se ha transformado, especialmente por la importante influencia que han ejercido las que se han venido en llamar Tecnologías de la Información y la Comunicación. Sin duda, los avances en informática, telecomunicaciones e industria del audiovisual han contribuido, de manera definitiva, en la configuración de una Sociedad de la Información cada vez más compleja y dinámica, en la que Internet se ha erigido en el rey de una galaxia inmaterial en la que la información se distribuye a velocidades impensables hace unos años.
La tecnología no sólo ha transformado la manera de distribución, sino que ha modificado la forma de "envolver" los contenidos, obligando a modificar los formatos. Y, en esto, la radio no ha sido una excepción.
En julio de 1999 se aprueba el Plan Técnico Nacional de la Radiodifusión Sonora Digital Terrenal, que sentaría las bases para la incorporación en nuestro país del Digital Audio Broadcasting (DAB). Se trata de un sistema europeo de radio digital estandarizado por el European Telecommunications Standardisation Institute (ETSI) que, entre otras cosas, supone la eliminación total de posibles interferencias, así como la recepción sin ecos. Además, el DAB, cuya generalización en España está prevista para el 2008, permitirá la multiplicación de canales de emisión y la incorporación, como afirma la profesora Rosa Franquet, de la Universidad Autónoma de Barcelona, de servicios multimedia, tales como información electrónica en una pantalla sobre la programación, el tiempo, el tráfico, etc..., e incluso imágenes en movimiento que, aunque no sean comparables a la calidad de la televisión digital, pueden resultar de utilidad para algunos tipos de aplicaciones. Estos servicios añadidos conforman los denominados PAD (datos asociados al programa, información sobre la emisora y la emisión, etc...) y los N-PAD (datos que nada tienen que ver con la emisora ni con los programas, sino que se trata de una serie de informaciones diversas como agenda de espectáculos, previsión meteorológica, servicios de urgencia, etc.), que podrán ser trasmitidas mediante un canal independiente.
Todas estas novedades tecnológicas modificarán, sin duda, la manera de emitir los datos. Pero ¿influirán en la creación de nuevos contenidos? o, por el contrario ¿se mantendrán los mismos tipos de programas que se emiten actualmente y lo único que cambiará será la manera de distribuirlos? Es demasiado pronto para saberlo. Hasta el momento algunas experiencias, como la iniciativa del grupo Prensa Española, que puso en marcha Punto Radio, una emisora que emite en DAB desde el año 2000, basan su programación exclusivamente en boletines de noticias y música. Para escuchar Punto Radio en necesario tener un receptor digital (la puedes encontrar en bloque MF II programa 5) o bien a través de Internet (http://www.puntoradio.com).
Hoy por hoy, la tecnología digital se ciñe mayoritariamente
a la trasmisión de contenidos. De hecho, casi todas las estaciones
disponen de estudios completamente digitalizados y automatizados, lo que
permite que los productos radiofónicos se puedan elaborar con más
comodidad y rapidez.
Además de la digitalización de los estudios y de lo que
supondrá la implantación del DAB, las emisoras no han dudado
en incorporar otra tecnología, como por ejemplo el denominado Radio
Data System (RDS). Este es un sistema que posibilita la trasmisión
de una señal digital imperceptible para el oído, y que,
aprovechando el ancho de banda que ofrece la Frecuencia Modulada (FM),
brinda al oyente la posibilidad de visualizar en una pequeña pantalla
(display) el nombre de la emisora que está escuchando, así
como algunos mensajes de texto. Hoy en día son muchos los receptores,
sobre todo autorradios, que disponen de este tipo de pantallas para recibir
datos. Además de estas pequeñas ventajas, el RDS permite
otras cosas, como viajar oyendo el mismo programa aunque cambie la frecuencia
o estar permanentemente informado de la situación del tráfico.
DISPLAY RDS