2.2.2 La música
La relación entre música y radio es tan estrecha que difícilmente
podríamos hacernos una idea de cómo sería el medio
sin la existencia de este componente del lenguaje radiofónico.
En los informativos, en los espacios deportivos, en las tertulias, en
los anuncios..., siempre hay un lugar para la música, como también
lo hay, obviamente, en aquellas emisoras que basan en esta materia prima
toda su programación (Cadena 40, Cadena Dial, Radio Clásica,
etc.).
La relación de la que hablamos no es nueva, sino que se remonta
a los primeros albores de la radio. Por entonces, la música ya
era aprovechada para deleitar y entretener a los oyentes, aunque, dadas
las limitaciones técnicas de la época, las emisoras no tenían
más remedio que trasladar sus micrófonos hasta aquellos
escenarios (teatros, salas de fiesta, óperas) en los que se desarrollase
una actuación que, por las razones que fuera, mereciera ser transmitida
en directo. Posteriormente, los avances tecnológicos permitieron
a las emisoras adaptar acústicamente sus instalaciones para albergar
orquestas, grupos de cámara, coros, etcétera, lo que supuso
un verdadero revulsivo. Las estaciones estaban en condiciones de ofrecer
una programación musical propia y variada.
Sin embargo, los pasos más significativos se dieron con la llegada
del disco y, sobre todo, con la incorporación, a mediados del siglo
XX, de los grabadores a la producción y la realización radiofónicas.
Estos inventos propiciaron un aumento del número de espacios musicales,
el nacimiento de emisoras especializadas en música y la creación
de piezas especialmente concebidas para el medio.
En la actualidad, si analizas la oferta de las distintas emisoras te será
muy fácil comprobar que la utilización de la música
no es siempre la misma. Así, si en algunas ocasiones se te brinda
la oportunidad de escuchar íntegramente una canción, en
otras simplemente se te ofrece la posibilidad de percibir una melodía
que suena de fondo mientras un locutor o una locutora te invita, por ejemplo,
a que te apuntes a una academia para mejorar tu inglés. Todo depende,
como ahora veremos, del programa que estés sintonizando, de las
intenciones del emisor y, sobre todo, del contexto en el que se integre
la música. Ten en cuenta que, aunque cualquier composición
es susceptible de despertar determinadas sensaciones y emociones en aquel
que la escucha, su significado en radio puede variar a partir la relación
que guarde con otros materiales, como la voz o los efectos sonoros.
Funciones de la música en la radio
Las variables a las que nos acabamos de referir, pero especialmente el
contexto, determinan que la música en la radio actúe de
distintas formas, es decir, que cumpla diferentes funciones según
se presente en cada momento. La mayoría de los autores que abordan
este tema coinciden en destacar la riqueza del lenguaje musical y las
múltiples posibilidades de explotación de esta materia prima
en el ámbito de la comunicación radiofónica. Sin
embargo, a la hora de referirse a las distintas funciones que puede llegar
a desempeñar la música, existen pequeñas diferencias.
Aquí te proponemos, a modo de síntesis, una clasificación
clara y, sobre todo, muy fácil de poner en práctica.
Función sintáctico-gramatical:
La música actúa en función sintáctico-gramatical
cuando se utiliza para ordenar y distribuir contenidos y secciones, es
decir, cuando tiene un carácter organizador. En esta función,
muy habitual en los informativos, la música se presenta en diferentes
tramos de corta duración, lo que da lugar a que se pueda hablar
de distintos tipos de inserciones, como la sintonía, la
cortina, la ráfaga y el golpe musical.
Sintonía: Se trata de un fragmento musical, de entre
15 y 30 segundos de duración, que aparece siempre al inicio y al
final de un programa radiofónico. La principal función de
la sintonía es identificar a dicho programa, diferenciándolo
del resto de espacios que componen la oferta de una emisora. Sería,
por utilizar un símil muy apropiado, una especie de Documento
Nacional de Identidad del programa.
La sintonía juega un papel determinante, ya que, atendiendo a las
características que presente la música, va a despertar en
el oyente toda una serie de expectativas (contenido, ritmo, etc.) sobre
el tipo de emisión a la que acompaña. Por este motivo, la
sintonía será buena si, al final, dichas expectativas se
ven cumplidas.
En no pocas ocasiones, sobre la sintonía aparece una voz que nos
informa acerca de algunas características del espacio que vamos
a escuchar, como su nombre, el de su presentador/a, su horario o día
de emisión, etcétera. Cuando esto sucede, estamos ante lo
que en el argot audiovisual se conoce con el nombre de careta.
Sería algo así como lo siguiente:
(Acompañada por una música acorde con el tipo de programa,
una voz dice...)
"La telaraña. Tu programa sobre Internet en Radio Maravilla.
Todos los jueves las web más actuales, las novedades, las noticias
más sabrosas sobre la Red.
Te damos todo.
Vive Internet de la mano de María García".
Hemos seleccionado distintos fragmentos para que puedas apreciar con claridad
las explicaciones que se te han dado. Cuando los escuches, reflexiona
sobre lo que te sugiere cada una de las sintonías y caretas y procura
asociarlas con un determinado tipo de programa.
Cortina: Se trata de un fragmento musical de unos 10-15
segundos de duración que se utiliza para separar, en el seno de
un mismo programa, contenidos claramente diferenciados (por ejemplo, en
un dramático radiofónico para pasar de una escena a otra).
En ocasiones, la cortina es un conjunto de frases musicales extraídas
de la sintonía.
Para que te hagas una clara idea de lo que viene a ser una cortina, recuerda
la utilización que de las así llamadas se hace en el teatro.
Como advierte el profesor Balsebre, en las representaciones teatrales
las cortinas tienen la función de ocultar al público una
parte del escenario mientras se procede al cambio de decorado, en los
períodos de transición de una escena a otra, de un acto
al siguiente.
Ráfaga: En tanto que fragmento musical en función
sintáctico-gramatical, la ráfaga, al igual que la cortina,
sirve también para separar contenidos o bloques temáticos
dentro un mismo programa. Sin embargo, dada su menor duración (unos
5 segundos), marca una transición más corta y dinámica,
por lo que suele utilizarse asiduamente en los informativos radiofónicos.
La ráfaga se usa, por ejemplo, para separar las noticias nacionales
de las internacionales, o la economía del deporte. Al igual que
en el caso anterior, es habitual que las ráfagas se extraigan también
de la sintonía.
Golpe musical: Se trata de un fragmento extremadamente corto
(entre 2 y 3 segundos) que se utiliza para llamar la atención del
oyente en un momento determinado o para separar fragmentos sonoros verbales
que están enlazados por un/a mismo/a locutor/a (por ejemplo, en
un bloque de información deportiva varias noticias seguidas sobre
el FC Barcelona). Para producir el efecto de golpe, conviene que el fragmento
presente una marcada ascendencia tonal, como éste que te mostramos.