2.2.4 El silencio
En un
medio sonoro por excelencia como es la radio, hablar de silencio puede
parecer, a priori, ciertamente incongruente. Sin embargo, el silencio
forma parte del lenguaje radiofónico y, al igual que los materiales
hasta ahora tratados, es capaz de expresar, narrar, describir... El silencio
aparece en la radio cuando se produce una ausencia total de sonido, es
decir, cuando no hay voz, ni música, ni efectos sonoros, aunque
su verdadero sentido sólo podrá ser captado a partir de
la relación que la ausencia de sonido guarde con los elementos
que la precedan o con aquellos otros que la sigan.
No obstante, la utilización del silencio es muy limitada, ya que,
al no estar familiarizado con sus códigos, el oyente ha tendido
a considerarlo como una información no deseada, como un fallo técnico,
como un "ruido" o como una interrupción de la comunicación.
Y es que, en nuestra cultura, existe un marcado temor al silencio y, sobre
todo, a aquellas situaciones en las que éste impera: varias personas
en un ascensor, una casa abandonada, la sala de espera de un dentista,
etc.
Pero volvamos al silencio en la radio y examinemos sus posibilidades.
Porque, como advierte el profesor Mariano Cebrián, catedrático
de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, este componente
entra en la expresión radiofónica como un elemento más
del mensaje. Supone una elección. Y en la elección se encuentra
la posibilidad artística, expresiva.
De hecho, existen numerosas situaciones en las que podemos hacer uso del
silencio, como por ejemplo para representar el estado emocional de una
persona que decide dejar de intervenir en un diálogo; o para estimular
la reflexión, cuando, ante un tema controvertido, el radiofonista
realiza un silencio convidando a los oyentes a pensar sobre ello. Es más,
el silencio, en ocasiones, puede ser construido con la ayuda de un sonido,
como la recreación radiofónica de "un minuto de silencio"
mediante el repique de campanas.
Por otra parte, como tendrás ocasión de comprobar si consultas
el bloque ¿Cómo se hace?,
el silencio también interviene en la construcción del tiempo
radiofónico, ya que haciendo uso del mismo podemos representar,
por ejemplo, lo que en la narrativa audiovisual se denomina una elipsis,
es decir, una compresión del tiempo.
Al margen de lo comentado, desde el punto de vista de la retórica,
cuando el silencio afecta a la palabra, éste, como se señala
en el libro Para entender la radio, del profesor Arturo Merayo,
puede aparecer en las siguientes situaciones:
Como elemento de elipsis: es decir, cuando se eliminan uno
o varios elementos de la frase que no son esenciales y que pueden ser
interpretados por el contexto. Por ejemplo, "Radio Nacional de España
(silencio) Todo lo que puedas imaginar"; "La Ser (silencio)
donde hay que estar".
Como elemento de ceugma: cuando la ausencia de sonido sustituye
un verbo o un adjetivo que se repite en construcciones homogéneas
y sucesivas.
Un buen ejemplo lo encontramos en una antigua promoción de la Cadena
40: "Cuando quieras tener compañía (silencio),
una buena música que te levante el ánimo (silencio),
las novedades discográficas (silencio), y todo sobre lo
que es tu mundo (silencio), entonces tienes para tí toda
una cadena de radio". Observa que el silencio sustituiría
en todos los casos a la expresión "cuando quieras".
Como elemento de reticencia: aparece desde el momento en
que se deja inacabada una oración, pero dando a entender el sentido
de lo que se calla.
Como elemento de asíndeton: es decir, cuando en una
oración compuesta se suprimen las conjunciones para dar más
énfasis a los conceptos que, en circunstancias normales, estarían
unidos por dichas conjunciones.
Como recuerda Balsebre en El lenguaje radiofónico, el periodista
Jesús Quintero, popularmente conocido como El loco de la colina,
introdujo en los años 80 un estilo muy personal de hacer radio,
basando en el silencio una parte principal de su estrategia comunicativa.
Quintero utilizaba a menudo la figura del asíndeton, por lo que
en sus locuciones era habitual que aparecieran frases similares a ésta:
"El loco esta noche sólo pide ternura (silencio) en
tus oídos (silencio) en tu mirada (silencio) en tus
labios (silencio) en tu voz.
En el terreno de la publicidad radiofónica, rara vez se recurre
al silencio, posiblemente porque se ignora que éste sea un componente
del lenguaje radiofónico que pueda significar alguna cosa en un
medio como el que nos ocupa. No obstante, existen algunas experiencias
que demuestran la utilidad de la ausencia de sonido como reclamo. Te proponemos
que analices, sino, el valor estratégico del silencio en esta cuña
publicitaria de la Federación de Municipios de Catalunya,
emitida a mediados de los 90, y que aquí hemos reconstruido :
Si no te importa que tu municipio esté sucio, no es necesario
que continúes escuchando este anuncio. Te damos tres segundos para
que busques otra emisora.
(SILENCIO DE 3 SEGUNDOS)
Ya vemos que sí te importa. Por eso queremos que el día
29 de mayo vengas a limpiar tu minicipio.
Federación de Municipios de Catalunya.
Para concluir este apartado diremos que en la radio es importante no confundir
el silencio con la pausa, que es también una interrupción
del sonido. Sin embargo, mientras que el silencio precisa del contexto
para significar, la pausa contribuye a la significación del discurso
verbal, al que le da sentido y organiza sintácticamente. Por otra
parte, es importante tener en cuenta que una de las dificultades con las
que se encuentra el creador radiofónico cuando utiliza el silencio
es la duración del mismo. De hecho, si es demasiado largo puede
interpretarse erróneamente, mientras que si es demasiado corto
puede no percibirse. Se estipula que un silencio radiofónico, para
resultar efectivo, debe durar entre 3 y 5 segundos.