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5.4 Organización de la producción
La organización de la producción la pueden realizar los equipos de la cadena de televisión o, como cada vez ocurre con mayor frecuencia, empresas productoras independientes. Justamente, la dicotomía entre producción propia-producción ajena y las relaciones que se establecen entre la emisora y la productora es uno de los debates más crispados del sistema televisivo contemporáneo.

Los empleados de las grandes empresas televisivas públicas consideran que con la producción ajena se están malgastando sus conocimientos del oficio, pero en el otro cabo de las disputas, los ejecutivos indican que sale más barata la producción ajena que la realizada con los medios de ‘la casa’. Tampoco hay que olvidar que en algunos países como en Gran Bretaña, que no olvidemos que es la segunda industria audiovisual de todo el mundo, el gobierno, con la obvia finalidad de potenciar la industria, obliga a que las emisoras compren un número mínimo de producciones ajenas cada año.

Un modelo simple de la relación consiste en que la emisora y la productora negocian un precio por cada episodio de programa, la productora se encarga de todo el proceso de creación y consigue un determinado beneficio industrial. Si el programa es un fracaso en las primeras semanas, habrán hecho una inversión en decorados y otros elementos que no podrán recuperar, si el programa es un éxito, negociarán al alza los contratos de las siguientes temporadas. 

Veamos ahora cómo se ajustas la organización de la producción en las típicas tres fases ya explicadas que recorren todo el camino de la creación de los programas.


I. Preproducción:


Planteamiento del programa: en esta primera etapa trabajan conjuntamente la emisora y la productora. Aquí se establecen las ideas, los fines y pretensiones, el target o público potencial al que se dirige el programa, se evalúa su mercado publicitario, la rentabilidad deducible del coste respecto a las previsiones de audiencia y su duración.

Elaboración del guión:  en un segundo momento se elabora el guión de un programa piloto para ser aprobado por la emisora y se toman las decisiones presupuestarias. El presupuesto ha de aprobarse tras la estimación de gastos y realizando una contabilidad muy cuidadosa. Establecida una línea divisoria conocida como línea de costes  se sitúan por encima de ella las partidas correspondientes a guión, actores, realización y producción y por debajo las partidas correspondientes a los elementos físicos y de estructura técnica para la creación del programa. Es decir, por encima encontraríamos el reparto, la música, todo el equipo de producción y realización, la publicidad y la comercialización. Por debajo se contabilizarían, decorados, maquillaje, unidades móviles, efectos especiales, etc...


II. Producción:

En la grabación propiamente dicha no suele haber interferencias por parte de la cadena televisiva, a pesar de que es frecuente que la emisora cuente en el rodaje con un productor delegado cuya función es estar atento al desarrollo de la grabación.


III. Postproducción:

Las etapas más importantes de la postproducción tienen que ver con los acuerdos sobre la hora o el día fijado para su inclusión en la parrilla de programación y sobre todo con las estrategias de promoción para producir expectativas en la audiencia. En general se piensa que un programa sin anuncios promocionales está abocado al fracaso.