Mediterráneo Occidental (III-II
a.C)
Desde el s. IV a.C. y como consecuencia de
la descomposición de la civilización griega y del
Imperio de Alejandro Magno, Cartago mantenía una
posición hegemónica en el Mediterráneo. Sin embargo, la
conquista de Italia convirtió a Roma en una gran
potencia que amenazaba sus intereses comerciales y
territoriales.
El
control de la isla de Sicilia fue el
desencadenante del conflicto que enfrentó a Roma
con Cartago en las denominadas Guerras Púnicas
que se prolongaron más de 100 años. Durante
este conflicto Roma se vio asediada y estuvo a
punto de perecer. |
 La campaña de
Aníbal
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Finalmente, tras la derrota de Aníbal por
Escipión, Roma destruyó el poder cartaginés y pudo
ocupar todo el Mediterráneo Occidental incluyendo
España, norte de África, Sicilia y Córcega.
Conquista del Mediterráneo Oriental(II-I
a.C)
La conquista del Mediterráneo oriental
únicamente se puede explicar por ambiciones
imperialistas, ya que no había ni motivos defensivos ni
de seguridad.
Los
reinos helenísticos en los que se dividió el
Imperio de Alejandro tras su muerte, fueron
conquistados progresivamente por los romanos.
Primero cayó Macedonia y Grecia, después Siria y
Asia Menor, culminando finalmente con la conquista
de Egipto por Octavio
Augusto. |
 Romaniza
Europa
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La crisis
política
La incapacidad de las instituciones
republicanas para garantizar la paz social y asegurar la
gobernabilidad de todo el territorio, provocó el acceso
al poder de los militares con dictaduras como la de
Sila, y, fracasada ésta, con triunviratos que terminaron
en guerras civiles por las ambiciones personales de sus
miembros.
El primer
triunvirato (Pompeyo, Craso y Cesar), acabó con la
victoria de César. La amenaza que significaba su
gobierno personal para la aristocracia republicana
explica su asesinato en el año 44 a.C.
A su muerte
le siguió el triunvirato de Octavio, Lépido y Marco
Antonio que acabó con el triunfo del primero después de
una nueva guerra civil contra Marco Antonio.
Octavio
Augusto transformó las instituciones republicanas y
estableció el Principado, sistema político que dio
comienzo a una nueva fase en la historia de Roma, el
Imperio