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Roma El latín y las lenguas
románicas [Autoevaluación]
Introducción
Es de sobra
conocido que el español, el catalán, el gallego,
el francés, etc. son lenguas derivadas del latín.
Ahora vamos a profundizar en esta
cuestión.
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 Reconoce lenguas
románicas
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 Abreviaturas usadas en el
tema
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En los
primeros siglos de Roma, desde la fundación al s.
IV a. C., el latín era una lengua tosca, que a
penas podía tener manifestaciones literarias o
científicas, que tenía una extensión territorial
limitada: Roma y algunas partes de Italia, y una
población escasa. Era una lengua de
campesinos. | Después del periodo de dominación
etrusca y la invasión de los Galos (390 a.
C.), la ciudad fue extendiendo su imperio por el resto
de Italia. A finales del siglo IV a. C. Roma se había
impuesto a sus vecinos itálicos. Los etruscos dejaron su
impronta en la lengua y la cultura de Roma, pero fueron
los griegos, presentes en la Magna Grecia,
quienes más influyeron sobre el latín dotándole de un
rico léxico.
El latín de la
ciudad de Roma se impuso a otras variedades de otros
lugares del Lacio, de las que apenas quedaron algunos
retazos en el latín literario. Esto hizo del latín una
lengua con muy pocas diferencias dialectales, al
contrario de lo que pasó en griego. Podemos calificar,
pues, al latín de lengua unitaria.
Después, la
conquista de nuevas provincias para el territorio,
primero las de César, hasta
la de la Dacia (Rumania) por parte de Trajano,
supuso la expansión del latín por un inmenso territorio
y la incorporación de una ingente cantidad de nuevos
hablantes.
Paralelamente a la
expansión territorial de Roma el latín se desarrollo
como lengua literaria y como lingua franca, a la vez que el griego, que había
tenido esta función antes. Desde el siglo III a.C., con
Plauto y
luego Terencio, hasta el año 200 d. C. con, entre
otros, Apuleyo
tenemos una forma de latín que no tiene ninguna
variación
sustancial. | |