El
sistema político
espartano presenta dos peculiaridades:
Su inmutabilidad Las
instituciones espartanas se extendieron desde su
creación entre los s. IX y VIII a. C., atribuida al
mítico legislador Licurgo, hasta la
desaparición de las polis en el s. IV a.
C. La pervivencia del sistema político espartano se
explica tanto por la propia Constitución de Esparta, que
prevenía de cualquier cambio, como por la ausencia de
cambios sociales gracias a la dominación total y
absoluta de una casta guerrera, los espartiatas, los
únicos con derechos, sobre periecos (extranjeros) e
ilotas (esclavos).
La mezcla de elementos de diversos
regímenes de Grecia:
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