El sureste español es una de las zonas de nuestro
país con mayor complejidad geológica.
Este hecho esta favorecido por encontrarse ubicado en
el contexto de las Cordilleras Béticas. Estas
Cordilleras se generaron durante el denominado plegamiento
alpino (hace unos 25 mill. de años) en el cual
los grandes espesores de sedimentos que se habían
ido acumulando durante los anteriores periodos geológicos
con sus respectivas formas de vida, fueron levantados
a cientos e incluso miles de metros de altitud, producto
de la presión de la Placa Africana con la Eurasiática.
Ello lo demuestran las series fosilíferas del
Jurásico y Cretácico muy abundantes en
macrofauna (Ammonites, Belemnites, Erizos, etc.) que
podemos encontrar en numerosas sierras de nuestro entorno,
A partir de este momento serán los cambios climáticos
y las continuas oscilaciones del nivel del mar, los
principales responsables del desarrollo de una serie
de cuencas sedimentarias y de depresiones intramontañosas,
en un principio conectadas con el mar (marinas) pero
que al final del Mioceno (hace unos 6 mill. de años)
y tras la retirada parcial de las aguas, quedaron aisladas
convirtiéndose en grandes lagos interiores. Entre
las más representativas destacan la del Campo
de Cartagena, Mula, Fortuna, Bajo Vinalopó,
etc...
Será precisamente en estos ambientes marino/continentales
donde se desarrolle durante el periodo Terciario una
gran variedad de especies vegetales y animales (erizos
de mar, peces, corales, esponjas, moluscos, cangrejos,
tortugas, etc.) muchas de las cuales han llegado hasta
nosotros, gracias al tipo y espesor de los sedimentos
que los sepultaron y permitieron su fosilizacion.
Todo ello convierte al sureste español y concretamente
a la Región de Murcia en uno de los lugares de
mayor riqueza paleontológica de la Península
Ibérica en cuanto a especimenes del Terciario
se refiere.
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