En
el Proceso de fosilización intervienen varios
factores que posibilitan que el animal o vegetal no
se descomponga totalmente (después de su muerte)
y por consiguiente permanezca convertido en piedra o
mineralizado.
En primer
lugar y partiendo de un animal marino, al morir el individuo
y depositarse en el fondo, tiene que ser cubierto rópidamente
o enterrado para que se interrumpa el proceso de descomposición
y putrefacción. Para ello ese fondo lo debe constituir
un tipo de sedimento que imposibilite la filtración
de agua y por consiguiente el oxígeno, (en un
fondo gravoso sería imposible la fosilización).
Así
con esa forma de enterramiento hermético, empezarían
a actuar tanto los minerales que aporta la misma descomposición
de las partes blandas del animal como la presión
o compactación del mismo sedimento originándose
las condiciones químicas que unidas a miles o
millones de años completarían el proceso.
Luego, después
de haber emergido este fondo marino y retirado las aguas,
nos encontraríamos con nuestros Montes que a
través de la acción del viento y la lluvia,
nos dejan al descubierto los restos petrificados de
esos organismos.
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