La Época Arcaica (800- 500 a.
C.)
En la primera etapa de este período
Grecia recibió importantes influencias de Oriente.
Las estructuras
socioeconómicas empezaron a tomar formas nuevas y los
procesos más característicos de este período fueron la
consolidación de la polis y la gran extensión del mundo
helénico.
Los regímenes oligárquicos
instaurados tras la desaparición de las monarquías
usaron todos los medios para mantenerse en el poder e
impedir el paso al resto de la comunidad. La
concentración de riqueza y poder político en manos de
unos pocos, junto con la superpoblación de las ciudades,
el escaso rendimiento de la tierra, el deterioro de la
convivencia política y la necesidad de materias primas y
alimentos fueron el detonante de la crisis.
La situación conflictiva se alivió
inicialmente mediante expediciones colectivas a
distintos puntos costeros del Mediterráneo y del Mar
Negro, para proporcionar tierras a los desheredados:
Las
colonizaciones. (750-550 a. C.)
Este proceso duró aproximadamente dos
siglos. Las colonias eran independientes de sus
respectivas metrópolis, pero solían mantener con
estas relaciones amistosas basadas en el comercio,
el culto y las tradiciones comunes.
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 Coloniza el
Mediterráneo
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Las relaciones de poder en las
polis de Grecia se vieron profundamente alteradas con el
intenso intercambio comercial con las colonias, por el
perfeccionamiento de las técnicas navales, artesanales y
metalúrgicas, por la introducción de la moneda, que
alteró la naturaleza de la
riqueza.
El desarrollo económico de los
principales centros urbanos determinó una mayor
movilidad social y la exigencia por parte de los
sectores populares de una satisfacción a sus
reivindicaciones políticas y sociales: codificación de
las leyes, mayor participación en la vida política,
abolición de las deudas y repartos de
tierras.
Para solucionar estos
problemas fue decisiva la contribución de dos figuras
políticas características de esta época, el
legislador y el tirano.
Los sectores sociales enfrentados se
pusieron de acuerdo para otorgar amplios poderes a una
persona prestigiosa que hiciera de mediadora y árbitro
en la lucha social y pusiera por escrito todo un
conjunto de leyes que obligasen por igual a todos y cada
uno de los ciudadanos. De los legisladores griegos el
más famoso fue Solón de Atenas.
Cuando las reformas legales no
solucionaban la crisis, el régimen oligárquico fue
suplantado por las tiranías. El tirano, apoyándose en
las masas populares y sin abolir las instituciones
heredadas, acabó con el poder de los nobles, repartió
tierras e impulsó la economía y la cultura de su polis.
De este modo, una vez resuelta la crisis, la
tiranía desapareció a finales del siglo VI a.
C.
Evolución de
Esparta y Atenas en este
período.
Esparta es
el mejor ejemplo de sumisión de la ciudadanía a los
intereses totalitarios del Estado. Los grupos sociales
solucionaron sus conflictos mediante acuerdos y el
ejército conquistó el territorio de los mesenios en el
siglo VII a. C, a los que sometieron a una dura
servidumbre (hilotas).
Las
continuas revueltas de Mesenia motivaron el deliberado
aislamiento de los espartanos respecto a las demás
polis. Establecieron una educación de tipo militar, lo
que hizo de Esparta la primera potencia terrestre de
Grecia durante tres siglos; acataron la ley y se
mostraron inflexibles en el mantenimiento de sus
arcaicas tradiciones.
Tal forma
de vida condicionó su política exterior: el deseo de
alejar de su territorio a todos los potenciales enemigos
que pudieran alterar su régimen de vida. Para ello
creó una red de aliados en el Peloponeso, combatió
las tiranías y la democracia y trató
de implantar regímenes oligárquicos.
Atenas, ante la crisis política,
encargó a Solón la
redacción de una constitución, base del desarrollo
político posterior. Pero la sociedad seguía descontenta
y más tarde fue gobernada por el tirano Pisístrato,
impulsor de la prosperidad económica y cultural de la
ciudad (copias de las obras de Homero, concursos
teatrales, etc.).
Tras la
expulsión de los hijos de Pisístrato, Clístenes
llevó a cabo una serie de reformas que eliminaron el
poder territorial de los aristócratas y pusieron
en manos del pueblo instrumentos efectivos para
controlar a los dirigentes (el ostracismo). El pueblo ateniense se encaminaba ya hacia la
democracia. |