Las lenguas derivadas del latín reciben
este apelativo, además de lenguas romances o neolatinas.
Bajo esta denominación, encontramos un grupo de lenguas
muy heterogéneo, en el cual tenemos lenguas actuales
vivas, como el italiano, y medievales que ya no se
emplean, como el dálmata.
Lenguas con una extensión cuasi
universal, como el español, y lenguas con un
territorio muy restringido como el sardo.
Dialectos medievales que no llegaron a fraguar en
una lengua, como el navarro-aragonés, y lenguas
con una amplia tradición como el francés.
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 Cuadro de las lenguas
romances
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 Lenguas románicas
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Entre
las lenguas que aún permanecen vivas hay también
una gran variedad. Tenemos, por una parte, lenguas
sustentadas por un estado fuerte y de larga
historia, que se han expandido por todo el mundo,
como el francés, español y portugués, al lado de
lenguas muy minoritarias que conviven en dura
competencia con otras lenguas más poderosas y de
las que reciben un enorme influjo, como el rético
o el sardo. |
También son muy desiguales en el
desarrollo de sus propias literaturas.
El léxico
de las lenguas romances Las lenguas
románicas se formaron a partir del latín vulgar,
lengua hablada por personas de una cultura muy
escasa. Por esta razón el léxico que entró en
primer lugar fue el básico, muy limitado para la
expresión de la literatura o de la ciencia, con
pocos adjetivos y sustantivos abstractos.
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Posteriormente,
según se iban creando necesidades de expresar
conceptos nuevos y complicados, se iban
incorporando nuevas palabras procedentes del
latín, que ya no sufrían la lenta transformación
de siglos que habían experimentado las primeras
palabras derivadas del latín vulgar. Este flujo de
entrada no se ha interrumpido; aún entran palabras
constantemente procedentes del
latín. |
 Localización de lenguas
románicas
| Debido a esto, las palabras de
origen latino se clasifican en función de la vía de
entrada que hayan tenido en la lengua románica
en:
-
'Palabras patrimoniales' o
'vulgarismos' a las que entraron en la primera fase
evolucionando lentamente desde el latín vulgar.
Ejemplo 'ojo'. Suelen
ser vulgarismos las palabras básicos de uso más
común.
-
'Semicultismos' a las palabras que
entraron en las distintas fases de formación de la
lengua, sobre todo a lo largo de la Edad Media, y que
no estuvieron sujetas a todos los cambios fonéticos y
semánticos de las anteriores. Ejemplo en español 'siglo'.
-
Palabras que han entrado desde el
latín cuando la lengua ya estaba formada en lo
esencial. Por ejemplo 'acto'.
De este
hecho deriva el que en muchos ejemplos varias
palabras romances obedezcan a una sola latina. Por
ejemplo: lat. clavem>
llave y
clave,
con un vulgarismo y un cultismo derivados de la
misma palabra. También
lat. auricula
> es. oreja
(vulgarismo) y aurícula
(cultismo). |
 Distribuye en latín, patrimonial y
cultismo
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Los
cambios fonéticos y lingüísticos que se han señalado en
latín vulgar son el origen de la fragmentación de la
lengua del Imperio en las lenguas románicas. La
cronología de estos cambios es a veces incierta, así
como las fases por las que pasó. En una primera fase
podemos hablar de la fragmentación del latín
vulgar o, lo que ya podríamos llamar
'protorromance en dos, el romance oriental y el
occidental. Después cada lengua experimentó un
desarrollo individual, pero paralelo entre las distintas
zonas de la Romania, con múltiples
conexiones entre las distintas lenguas.
Pero también
hablaremos de hechos lingüísticos que afectan ya
individualmente a una sola de las lenguas; por ejemplo
la pérdida de la f inicial latina, sólo afecta al
español, así formica 'hormiga' ha dado en español
hormiga, pero fr. formi, it.
formica, cat. formigue.
Los pasos dados entre el
latín vulgar y las lenguas románicas modernas son muy variados
con interferencias de todo tipo y, sobre todo, con
unos límites muy difusos entre unos dialectos y otros.
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